La Vanguardia

El Leicester echa al Sevilla

El modesto campeón inglés consuma su milagro y será el preferido del bombo

- CARLOS NOVO Madrid

El sueño de la Champions del Sevilla se truncó por el no menor del humilde Leicester. El renacido modesto campeón de la Premier le echó de la competició­n con toda justicia después de interpreta­r mucho mejor el partido que le convenía tras el 2-1 del Sánchez Pizjuán. El Sevilla fue muy poco el Sevilla, confundido por una alineación extraña de Jorge Sampaoli, que renunció de inicio a la supuesta superiorid­ad técnica del equipo español. Cuando lo intentó, ya en la segunda parte, tuvo muy poca claridad y acabó lastrado por la expulsión de Nasri y un penalti fallado por N’Zonzi. El Sevilla ya había errado una pena máxima en el partido de ida.

El equipo de Craig Shakespear­e recuperó las virtudes exhibidas la temporada anterior bajo el mando de Claudio Ranieri y ejecutó a las mil maravillas su plan: un juego intenso y directo que buscó el pelotazo en largo que le da la presencia de Vardy arriba. El delantero inglés y el argelino Mahrez son acaso los únicos futbolista­s de calidad en un equipo solidario como pocos, donde no se regatea el sudor ni el esfuerzo.

El Sevilla jugó una pobre primera parte, donde no se supo si priorizaba defender el corto marcador de la ida o buscaba un gol que ya le ponía en clara franquía en la eliminator­ia. Salvo un remate nada más comenzar de Nasri a quemarropa que sacó bien Kasper Schmeichel no tuvo producción ofensiva.

El Leicester, que apenas llegó al 32% de posesión en el Pizjuán, llevó el peso del juego, casi siempre en las proximidad­es del área de Sergio Rico. El gol del cuadro inglés llegó cerca de la media hora en una acción muy mal defendida por la defensa andaluza. Sacó una falta lateral el Leicester, nadie acertó a despejar y por ahí metió el pie Morgan para colar el balón junto al poste.

Ya con la eliminator­ia a su favor el Leicester City fue otro. Se replegó sin ningún rubor y buscó la contra. Sampaoli rectificó en el descanso y dio entrada para el comienzo de la segunda parte a Mariano, con la idea de abrir más el campo, y Jovetic, quizás su media punta de más calidad dada la baja forma de Nasri.

El Sevilla monopolizó el juego, pero sin el necesario criterio en los últimos metros para crear peligro. A los diez minutos todos se agravó con un segundo gol inglés obra de Albrighton tras una contra. Para empeorar las cosas a la media hora Nasri se ganó la expulsión con una segunda amarilla absurda al caer en la provocació­n de Vardy. El francés le soltó un cabezazo que el inglés teatralizó ante el árbitro. Por aquel entonces el Sevilla tenía ya una pinta horrorosa. Sin embargo, el fútbol le otorgó una última oportunida­d. El colegiado le dio un penalti en una acción más que dudosa, un derribo de Schmeichel a Vitolo. Lo tiró fatal N’Zonzi, flojo y por el centro, y lo paró el portero danés. Ya no hubo más que malas noticias para el Sevilla. Sampaoli fue expulsado por protestar y el Leicester aguantó sin problemas y aún perdonó algún gol más. Su bola estará en el sorteo del viernes y, sin duda, será la más buscada. El Leicester, que logró el milagro de ganar la Premier contra todo pronóstico, trata de europeizar su gesta en la Champions.

En el otro partido de la jornada el Juventus se metió también en los cuartos de final al eliminar al Oporto, al que ya le había ganado en Portugal (0-2). El campeón italiano tuvo bastante con un gol de una de sus estrellas argentinas, Dybala, gracias a un penalti en el minuto 40. La Juve es un clásico de los cuartos de final.

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TIM KEETON / EFE Marc Albrighton, primero desde la derecha, celebra el segundo gol del Leicester perseguido por sus compañeros
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