Nacido para volar
Unanimidad absoluta. “Este año se jugarán el título Márquez y Viñales”, coinciden pilotos y especialistas. “Maverick va bien en cualquier condición y en cualquier pista; este es el problema que tenemos, no el nuevo carenado”, exclama Andrea Dovizioso (Ducati). “Después de los primeros tests de Valencia ya tenía claro que Mack lucharía por el Mundial”, confiesa Marc Márquez (Honda). “Viñales está muy fuerte, no sólo por la Yamaha, sino porque marca la diferencia con los otros pilotos de la marca”, se inclina Jorge Lorenzo (Ducati).
Conclusión a una semana de que empiecen a rodar las motos en el GP de Qatar: Maverick Viñales, 22 añitos, tercera temporada en la clase de los mayores y primera en Yamaha, está llamado a ser el gran animador del año, el máximo aspirante a disputar el título a Marc Márquez. ¿El motivo? El piloto de Roses ha sido la sensación de la pretemporada al haber encabezado los tiempos en los cuatro tests invernales (Valencia, Sepang, Phillip Island y Losail); un dominio abrumador que no se recuerda. No sólo ha destacado en velocidad a una vuelta, también en ritmo de carrera, lo que anticipa que está en condiciones de batirse por la victoria en pistas tan diversas.
¿Y qué dice Mack? Ríe, se lo toma con prudencia, pero empieza a aceptar el desafío. “Me motiva que me señalen como el favorito; creo que habrá una gran rivalidad con Marc, hemos sido los más fuertes de la pretemporada, y pinta que habrá una guerra entre los dos. Será divertido”, vaticinaba en RAC1 el piloto ampurdanés con el desparpajo de los grandes. Con ellos, los Márquez, Rossi y Lorenzo, se va a jugar los cuartos por el título.
Pero ¿de dónde ha salido este fenómeno? ¿Qué se sabe de Maverick más allá de que debe su premonitorio nombre al fervor que sentía su padre, Ángel, por el protagonista de Top Gun? ¿Cómo ha llegado tan lejos, prometiendo tanto, con tan sólo una corona (de Moto3, en el 2013) y tan poco tiempo en la élite (seis cursos mundialistas)?
“Ya de niño era una bestia parda, un fuera de serie, lo suyo era exagerado”, cuenta Ricard Jové, expiloto y exjefe de equipo, agente deportivo y comentarista de televisión, que fue mánager de Viñales desde el 2009 hasta el 2013. El Maverick niño despuntaba en los certámenes de promoción, en los que ganaba duelos a un tal Marc Márquez. Su progresión era imparable. Acaparó la atención del RACC, que le dio un empujón a su carrera, de la mano de Joan Moreta, como también le apoyaron Jové, Manel Bernat, Raúl Romero y el BQR Blusens, que le abrieron las puertas del Campeonato de España (lo ganó en el 2010), de Europa (también campeón ese año) y del Mundial, en el 2011, con 16 años. En la cuarta carrera logró su primera victoria, en Le Mans, y se convirtió en el español más precoz en ganar un GP, con 16 años y 123 días. Un anticipo de lo que estaba por llegar. Desde sus comienzos, Viñales fue un piloto codiciado por las marcas y los equipos, lo quiso Aspar, se pelearon por él Honda y KTM, también le llamaron Aki Ajo y Michael Bartholemy, no le faltaron buenos patrocinadores como Wild Wolf o la mismísima Paris Hilton, y tampoco las polémicas –como el sonado desplante a su equipo en Malasia 2012 porque quería que le liberase del contrato que había firmado–, cambios de mánager y actuaciones estelares. Todo ello, fruto de una genialidad ampurdanesa y un carácter explosivo, una gran fortaleza mental, una autoconfianza y una personalidad forjada en una infancia complicada, padres separados, una historia que pocos conocen, un abuelo al cargo del chico...
“Tengo los valores de donde he nacido, de nunca mirar atrás, de no rendirme, de darlo todo. Y sobre todo, de confiar en mí, una de mis cualidades”, confesaba Mack en una entrevista a La Vanguardia el curso pasado. “De quien más he aprendido es de mi abuelo José –explicaba–. Siempre me ha mostrado unos valores que me han llevado muy lejos; lo primero que me hizo entender es que hay que ser educado y respetuoso. Y la motivación, ser ambicioso, no rendirse, intentar ser mejor. Lo que me ha llevado más lejos es siempre querer más, es lo que me hace crecer”, se autoanalizaba.
No tendrá el carisma ni la gestión de Rossi, ni la finura y la facilidad de palabra de Lorenzo, ni la agresividad y la simpatía de Márquez, pero Viñales tiene un poco de todos en la pista, como gran frenador, buen trazador y bravo en el cuerpo a cuerpo. Le sobra talento, capacidad de adaptación para ir rápido y una concentración, una convicción y fe en sí mismo que sólo tienen los que se han curtido al sol y la lluvia. Hacen bien Marc, Jorge y Vale en temerle.
VIÑALES ACEPTA EL RETO “Me motiva que me señalen como el favorito; creo que habrá una gran rivalidad con Marc, será divertido” Maverick Viñales, la sensación de la pretemporada de MotoGP, está llamado a ser el gran rival de Marc Márquez por la corona