Seat contribuye al regreso del Grupo Volkswagen a los beneficios
La filial española deja atrás las pérdidas tras siete años de números rojos operativos
Fue un poco como tirarse del paracaídas en pleno desierto y acabar cayendo en un cactus”. Así recuerda su estado de ánimo un alto cargo de Volkswagen, cuando aterrizó para trabajar en la filial de EE.UU. en el 2015 y estalló de repente el caso del dieselgate. Más de un año después, el grupo automovilístico ha empezado a sacarse las espinas y a absorber el impacto financiero del fraude de las emisiones.
En términos de imagen, el fabricante alemán da señales de haber recuperado la confianza de los consumidores. Todas las marcas registraron márgenes operativos positivos. “El 2016 no fue la pesadilla que muchos pronosticaron. Hemos resistido”, reivindicó Matthias Müller, presidente y consejero delegado del fabricante alemán.
Volkswagen vendió más de diez millones de vehículos el año pasado y batió un nuevo récord. El resultado operativo del grupo alcanzó el año pasado los 14.623 millones de euros, un 14% más. No obstante, en este dato
no se calcula el impacto del dieselgate.
En efecto, cuando se contabiliza el coste de las emisiones fraudulentas, el panorama es un poco diferente. El caso de los motores trucados sigue pesando en las cuentas del grupo, aunque menos que el año anterior.
En el 2015 el gigante automovilístico había registrado pérdidas operativas superiores a los 4.000 millones por “la crisis del diésel” (según la expresión oficial). En el 2016 se pasó página porque el fabricante obtuvo un margen operativo positivo (7.100 millones). Sin embargo, sin las provisiones por las cargas legales, habría logrado el doble. Al final, el beneficio neto atribuible fue de 5.144 millones de euros (el año anterior las pérdidas sumaron 1.582 millones).
Tras los acuerdos alcanzados con Estados Unidos y Canadá, se provisionaron el año pasado 6.400 millones de euros, un importe bastante inferior al del 2015, cuando se superaron los 16.000 millones. “El caso del diésel ya no nos exige tanto tiempo y capacidad como el año pasado”, afirmó Matthias Müller. Así que de momento la factura
En términos de imagen, el gigante alemán da señales de haber recuperado la confianza de los consumidores
del escándalo de las emisiones ya asciende a más de 22.000 millones. Queda pendiente la resolución de varias demandas civiles y el grupo asume que este proceso “durará años”.
“Hemos modificado 1,5 millones de vehículos en Alemania y cuatro millones alrededor del mundo. Estamos reparando unos 200.000 coches por semana. A finales de este año queremos completar todas las modificaciones”, indicaron los ejecutivos del grupo. Se estima que en el mundo hubo 11 millones de automóviles afectados por las emisiones fraudulentas. La empresa alemana recordó que puso en marcha investigaciones internas y externas y que dio a las autoridades “su apoyo incondicional, amplio y sin reservas”.
Las previsiones para este ejercicio son buenas. A escala global, Müller no quiso comentar “las conjeturas” sobre la política proteccionista de Donald Trump, pero recordó que “el 75% del valor de un vehículo” procede de una cadena de valor extendida en varios países y que cualquier barrera al comercio acabará, en última instancia, teniendo repercusiones para los consumidores.
La cúpula del Grupo Volkswagen vio, en el 2016, reducir de forma considerable el conjunto de sus ingresos.
La remuneración del consejo superó los 39 millones de euros, cuando en el 2015 fue de 63 millones de euros (un 38% menos). La excepción fue Matthias Müller, que vio su retribución aumentar de los 4,7 millones hasta los 7,2 millones, con un gran incremento de la parte variable vinculada a los resultados.