Por la vía de los hechos
La Assemblea d’Electes sustituiría al Parlament si hubiera inhabilitaciones
La ANC considera que si por el “impedimento coercitivo” del Estado no se puede celebrar el referéndum, debe proclamarse la independencia.
La ANC va a por todas: si por “impedimento coercitivo” del Estado no se puede celebrar el referéndum, vía directa a la proclamación de la independencia. Sin dilaciones. Eso es lo que recoge la nueva hoja de ruta que elaboró el sábado pasado el secretariado nacional de la Assemblea Nacional Catalana. Y para alcanzar el mismo objetivo, si se aplica el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía en Catalunya o se inhabilita al presidente de la Generalitat o a cualquier otro cargo del Govern y del Parlament, asumirá la “máxima representación legítima, soberana e institucional” la Assemblea d’ Electes de Catalunya. Por lo tanto, este organismo, que está promoviendo la Associació de Municipis per la Independència (AMI), tendría que sustituir al Parlament. Todo un desafío.
Estas son algunas de las medidas que prevé la entidad soberanista que lidera Jordi Sànchez. Serían las opciones que pasan por una confrontación más directa con el Gobierno. Pese a todo, obviamente el documento también considera la proclamación de la independencia por otras vías, como a consecuencia de una mayoría a favor del sí en un eventual referéndum. E incluso prevé que si ganara el no, la ANC convocaría una asamblea general extraordinaria.
Ahora bien, el visto bueno definitivo a esta hoja de ruta lo dará la militancia el próximo 29 de abril en Sabadell, cuando se celebre la asamblea general ordinaria de la entidad. Hasta entonces, se abrirá un periodo para introducir enmiendas.
En todo caso, la ANC tiene claro que el referéndum y la ley de transitoriedad jurídica, que Junts pel Sí y la CUP guardan en un cajón bajo siete llaves, tendrían que marcar la ruptura con el Estado, “que sólo puede detenerse con el no democrático de una mayoría del pueblo de Catalunya”.
Por eso, prevé tres escenarios: que efectivamente se pueda celebrar el referéndum y la ley de Règim Jurídic quede indemne; un segundo escenario por el cual la “injerencia” por parte del Gobierno a las instituciones catalanas desemboque en la “imposibilidad física” de poner las urnas y de aprobar la ley de transitoriedad, razón por la cual la ANC impulsaría al Parlament para que proclame la independencia (si fuera preciso, la asamblea de electos asumiría el papel de la Cámara catalana); y la posibilidad de que el Estado actúe sobre un supuesto cambio de marco legal español por uno propio catalán ya aprobado por el Parlament y niegue, por lo tanto, la oportunidad de consultar a la ciudadanía. En este último caso, la ANC considerará vigente la ley jurídica catalana y promoverá “el ejercicio de la soberanía del pueblo de Catalunya”.
En el primero de los escenarios, el de la celebración del referéndum, la ANC se atreve a poner condiciones. Así, establece que la pregunta tiene que ser binaria y “clara”. Por eso, propone que sea: “¿Quiere que Catalunya se convierta en un Estado independiente?”. Además, la opción ganadora tiene que ser la que obtenga mayor número de votos, rechazando, por ejemplo, marcar un porcentaje del 55% para dar como ganador al sí. Igualmente, amparándose en dictámenes de la Comisión de Venecia, se decanta por no fijar un mínimo de participación para considerar el referéndum válido.
Igualmente, la ANC prevé hacer campaña por el sí a la independencia desde dos vertientes: una campaña “paraguas”, en la que se involucrarían todas las entidades y partidos favorables, y otra campaña propia.
En cualquiera de los escenarios, la Assemblea considera “determinante” la movilización ciudadana “de manera siempre radicalmente pacífica y democrática, proporcionada pero contundente”.
La entidad apuesta por una pregunta binaria: “¿Quiere que Catalunya se convierta en un Estado independiente?”