De Kaufmann y de La Fura
El anuncio de la estelar actuación de Jonas Kaufmann en tres únicas funciones de Andrea Chénier, la próxima temporada, no ha estado exento de polémica. La dirección del Liceu ha decidido dejarlas fuera de abono. ¿Acaso tendrán que pagar dos veces los abonados que quieran disfrutar del divo?, se preguntaban algunos aficionados. La razón que esgrimía ayer el responsable de marketing y ventas, Agustín Filomeno, es que, al ser sólo tres representaciones, “no podemos favorecer a un turno de abonados y no a otro”. Las entradas para estas funciones saldrán a la venta en noviembre. “Lo hacemos así porque los abonados tendrán prioridad en adquirirlas, y si se da el caso de que alguien quiere abonarse para asegurarse un asiento, tendrá tiempo de comprar un abono”, explicó Filomeno. La directora artística, Christina Scheppelmann, recordó que este sistema se sigue en otros teatros de ópera, como hace el Met de Nueva York con estrellas como Anna Netrebko o como con el mismo Plácido Domingo. Por otro lado, el balance positivo de la reciente Quartett contrasta con la ausencia de ópera contemporánea la próxima temporada. Filomeno lanzó las cifras de la ópera de Luca Francesconi con montaje de La Fura dels Baus: fue vista por 7.768 personas, con una ocupación del 68% y un precio medio de 60 euros. Y eso sin que el Gran Teatre explotara la participación de La Fura en las banderolas que distribuyó por la ciudad. A la pregunta de por qué el Liceu obvió el reclamo del grupo catalán más internacional, Scheppelmann opinó que, “de hecho, Àlex Ollé no es La Fura. Carlus Padrissa y él trabajan por separado y si se hacen llamar La Fura es porque les interesa”.