Cae un 12,8% la inversión en start-ups
El dato se compensa por el crecimiento del volumen medio en cada operación, que se ha triplicado en este último año
El día previo a la inauguración del Mobile World Congress se presentó en Barcelona el informe Startup
Ecosystem Overview, elaborado por la fundación Mobile World Capital Barcelona (MWCB), y en el que destaca una disminución del 12,8% de la inversión en empresas emergentes respecto a 2015. Y en este sentido, las start-ups españolas lograron levantar 502 millones de euros, durante 2016, frente a los 576 del año anterior. Pese a este dato, Barcelona sigue siendo la ciudad que lidera estas inversiones con un 56% del total, seguida de Madrid.
Además, España está en el cuarto puesto en cuanto a destinos a nivel europeo para el talento tecnológico y se consolida como el segundo país de la Unión Europa en atracción de emprendedores internacionales. Barcelona y Madrid están en quinta y sexta posición, respectivamente, por detrás de Londres, Berlín, París y Ámsterdam. Para el director de la MWCB, Aleix Valls, el futuro pasará por los
hubs, y en los próximos años habrá en Europa cuatro o cinco ciudades que darán un salto cualitativo, y que serán “el Barça, el Bayern y el Madrid de la Champions de la innovación europea”, indica el director de MWCapital que advierte: “Barcelona se juega en los próximos años estar o no en este selecto club”.
De hecho, según la Generalitat, en Cataluña el sector TIC ocupa a 24.600 trabajadores en 12.800 empresas, y de 2010 a 2016 se ha consolidado como la segunda región del sur de Europa que ha captado más proyectos de inversión extranjera en el ámbito de las TIC.
MERCADO MADURO
Para Valls, el descenso en los recursos económicos invertidos en 2016 se compensa por el crecimiento sustancial del volumen de inversión en cada proyecto. Valls explicó durante la presentación del informe que la inversión media por start-up se ha triplicado en los últimos tres años, pasando de los 200.000 euros a 710.000 en 2016, lo que a su juicio demuestra que “comenzamos a tener un mercado maduro”. En 2015, la inversión total superó el medio billón de euros, por lo que, como apuntaba Valls, era preciso saber si ese fue un año extraordinario o si bien apuntaba a una consolidación del mercado, como así ha resultado ser.
El capital extranjero es otro de los protagonistas del informe, ya que el 59% del capi- tal proviene de 43 inversores internacionales. Además, se ha producido un importante crecimiento de los business angels, que representaron un 16% del total de la inversión, cosa que confirma la continuidad del ecosistema.
A diciembre de 2016 había 2.663 start-ups en España, un 1% más que el año anterior. El conjunto de estas empresas movió un total agregado de 42.300 millones de euros, lo que supone un 2% más que en 2015 y el 5,2% del PIB español. Del total de start-ups, un 28,4% tienen sede en Barcelona y un 27,1% en Madrid, según el mismo estudio. Y el sector que acumula más empresas emergentes en el país es, de nuevo, el comercio electrónico, aunque en Barcelona destaca el crecimiento en el último año de las start-ups dedicadas al sector turístico que en el 2016 llegaron al 9%. Los otros dos sectores con más peso son los servicios para empresas (10%) y los aplicativos móviles (10%). A pesar de la alta concentración de proyectos dedicados al ecommerce, si la valoración se hace desde el punto de vista de los recursos económicos captados en cada proyecto, se observa que el sector social encabeza el listado, con el 31%, seguido del del móvil, con un 19%, el finTech y el eLearning.
CONCLUSIONES
Además de la importancia de los hubs, el estudio concluye que las start-ups españolas deberían abrirse más a los mercados extranjeros, puesto que hoy el 54,8% de la economía de las empresas emergentes se mantiene dentro del país. “Esta tendencia debería cambiar en el futuro si las start-ups quieren ganar más reconocimiento internacional. Si quieren competir con otros países, deberían ser capaces de demostrar que sus modelos de negocio pueden funcionar en otros países. Esto haría que los inversores internacionales creyeran más en el ecosistema español de start-ups”, afirma el informe.
El mismo texto considera que falta una regulación específica para el sector y en este punto “deberíamos trabajar para hacer más atractiva la creación de nuevos negocios y la inversión en empresas españolas”, concluyen desde la MWCB.