Seísmo en la izquierda
El partido laborista se desploma mientras la izquierda ecologista alcanza máximos
Nos han arañado el alma a todos los socialdemócratas”, admitía Sharon Dijksma, exministro del Partido Laborista holandés (PvdA) el miércoles por la noche, poco después de que los sondeos a pie de urna confirmaran sus peores temores: sólo conservarán 9 de los 38 escaños que tenían en el anterior Parlamento. El resultado, ratificado ayer por los datos definitivos, es un desplome sin precedentes en los Países Bajos que algunos han comparado con la debacle del Pasok griego en el 2015. El paralelismo es inexacto porque hace años que el PvdA dejó de ser mayoritario dentro del fragmentado arco parlamentario holandés, pero su caída sí encaja dentro de una crisis más amplia de la socialdemocracia europea.
“Hay millones de votantes que comparten nuestros ideales pero que han votado a otros partidos”, lamentó Lodewijk Asscher, líder del Partido Laborista (PvdA). Eran sus primeras elecciones como líder del partido. “La socialdemocracia volverá. La reconstrucción comienza hoy mismo”, añadió tratando de insuflar ánimos a sus filas, desconcertadas por el castigo de los votantes tras cinco años de gobierno con los liberales. “Se dice que el elector siempre tiene razón pero no siempre es justo. Este es uno de esos momentos”, declaró un cariacontecido Jeroen Dijsselbloem, ministro de Finanzas en funciones.
La izquierda holandesa vive un auténtico seísmo. La otra cara de la debacle laborista es el espectacular avance de la izquierda ecologista de GroenLinks, que pasó de cuatro a 14 escaños, el mejor resultado del partido aparecido en 1990, ahora bajo las riendas de Jesse Klaver, de 30 años. “Lo que diría a todos mis amigos de izquierdas en Europa es que no intenten imitar a los populistas”, afirmó Klaver (de padre marroquí y madre con raíces indonesias) días antes de las elecciones. “Sé fiel a tus principios. Sé pro refugiados. Sé proeuropeo”, aconsejaba el Trudeau holandés.
GroenLinks se habría llevado 6,5 de los 29 escaños perdidos por los laboristas, según un sondeo de Ipsos; el D66 (liberales en lo económico, progresistas en lo social), otros cinco; el SP, cuatro, y Denk, el nuevo partido para musulmanes surgido de una escisión laborista le debería sus tres diputados.
Un poco de perspectiva a la lectura de los resultados da idea de hasta qué punto la izquierda ha perdido terreno en Holanda. Hay otros pequeños partidos que compiten por el voto de la izquierda pero la suma de escaños de los laboristas, los ecologistas y la izquierda radical se queda muy lejos de las marcas históricas que registró en un pasado no tan lejano. Tendrán 37 escaños, lejos de los 57 del 2012, los 45 del 2010 o los 65 del 2006.