La princesa de los hipódromos
El mundo de la hípica italiana vive con ansia desde hace diez días. No hay noticias de Unicka ni de Vampire Dany, Silencio absoluto. Ninguna petición de rescate, al menos que haya trascendido. El misterio rodea el caso del robo de dos caballos, una yegua excepcional y un potro muy prometedor. Desaparecieron durante la noche entre el 6 y el 7 de marzo de Hípica Wave, en Staffoli, cerca de Pisa. Su cuidador, Erik Bondo, halló los establos vacíos cuando llegó, a las 5 de la mañana. Los carabineros trabajan desde entonces para encontrar a los animales. “Es complicado –admite a La Vanguardia el comandante Oteri–. Encontrar personas desaparecidas o animales es la misma cosa, igual de difícil”.
“Es algo tristísimo, un golpe devastador para nuestras cuadras y para toda la equitación italiana –se lamenta Antonio Taviani, el gerente de Hípica Wave–. Unicka era la favorita de los aficionados, muy bella, fuerte, con su crin rubia, una yegua que enamora. El único consuelo es que hemos recibido una hermosa solidaridad del sector. Ha habido una maravillosa reacción de afecto hacia nosotros”.
Unicka, en efecto, estaba logrando un reconocimiento que traspasaba fronteras en la disciplina de trote enganchado. Había obtenido ya 560.000 euros en premios en los últimos seis meses. Vampire Day, por su parte, había vencido en 6 de 8 carreras disputadas, habiéndose embolsado sus propietarios 130.000 euros. Pero Unicka, una yegua alazana de cuatro años, era amada de un modo especial por su velocidad, grácil trote, belleza y cariño hacia los humanos. La prensa la ha llamado “la bomba rubia que hace girar la cabeza a los machos” y “la princesa”. Se calcula que su precio en el mercado podría superar el millón de euros. Al valor intrínseco por las competiciones que, por su juventud, aún podría ganar se suma su capacidad para criar. Sólo en el cuidado de Unicka, en su preparación para las carreras y el transporte trabajaban a tiempo completo unas quince personas, unos empleos ahora amenazados.
Se teme que los dos caballos fueran robados para extorsionar a sus propietarios. Ha ocurrido ya en otras ocasiones en Italia. Sería extraño que los ladrones pretendieran venderlos. Algunos hablan también de la existencia de carreras y apuestas clandestinas. Todo son conjeturas. La realidad es que Unicka y Vampire Dany no han aparecido. Quienes se los llevaron conocían las cuadras. Aprovecharon incluso que uno de los sensores de la alarma de seguridad, justo el que permitió el robo, estaba averiado.
El triste episodio se propagó fuera de Italia en el ámbito de las carreras de caballos. “Sí, sabíamos que era una yegua muy puntera, un fenómeno”, comenta Xisco, empleado del hipódromo Son Pardo, en Mallorca , una isla donde el trote enganchado posee una larga tradición. “Yo no sé lo que pasa en Italia –agrega Xisco–. Este tipo de robos van repitiéndose. Dicen que se organizan carreras ilegales. No sé dónde pueden ir a parar”.
En Italia hubo en el pasado casos célebres de secuestros de caballos, como el de Wayne Eden, un ejemplar de trote por el que, en 1975, se pagó un rescate de 50 millones de liras. En el 2007, Equinox Bi, un caballo que valía 2 millones de euros, fue robado cerca de Venecia. Lo encontraron un mes después, abandonado. El caso más sonado de la historia, sin embargo, fue el de Shergar, un equino que era una leyenda en su tiempo, propiedad del Agá Jan y vencedor en el prestigioso derbi de Epsom. Fue secuestrado en Irlanda, en febrero de 1983, por hombres armados y enmascarados, y jamás se lo volvió a ver. Aunque no existe la certeza total y nunca se detuvo a los autores, la principal teoría es que lo robaron terroristas del IRA para exigir un rescate y comprar armas. Se sospecha que, por su inexperiencia con caballos, los miembros del IRA no trataron adecuadamente a Shergar y este se hirió, por lo que decidieron sacrificarlo salvajemente con una ráfaga de metralleta. Los amantes de los caballos confían en que el destino de Unicka, la irresistible alazana, nada tenga que ver con aquel final tan cruel de los años de plomo irlandeses.
Misterio en Italia tras el robo de Unicka, una yegua valorada en más de un millón de euros El caso más sonado fue el de Shergar; se sospecha que lo secuestró el IRA y murió ametrallado