El músculo del cine español se pone a prueba en Málaga
De la Iglesia abre el Festival con ‘El Bar’, donde gana el miedo
Los números del 2016 dan cuenta de un momento de brillo para el cine español, que de unos años a esta parte exhibe cuotas de pantalla próximas al 20%, así como primeros puestos de la taquilla y recaudaciones superiores a los cien millones de euros. Productores y cineastas se muestran optimistas. Pero los datos de estos primeros meses del 2017 no son para tirar cohetes –sobre todo en comparación con los del fulgurante primer trimestre del 2016– y en todo caso aún es pronto para hacer vaticinios. La primera prueba de fuego empieza hoy en el Festival de Málaga, donde los 23 largometrajes de la sección oficial –de los que 17 van a concurso– van a servir para comprobar la musculatura de la cinematografía doméstica en este momento. Las perspectivas, por lo que los informadores ya han podido ver, son las de una oferta irregular.
Las obras en liza en Málaga, núcleo de un conjunto de 287 largos dentro de un total de 1.585 filmes de distintos formatos, no sólo pasarán los exámenes del jurado y la crítica sino también el de los más de 80 potenciales compradores de más de 30 nacionalidades que, junto con una decena de delegados de festivales, asistirán a los visionados de 40 producciones españolas.
En la competición, el cine catalán estará representado por dos cintas que apuntan alto: Verano 1993, dirigida por Carla Simón y ganadora de los premios a la Mejor Ópera Prima y del Jurado Gen Kplus en la pasada Berlinale, y Brava, de Roser Aguilar y con la galardonada Laia Marull como protagonista. El evento se abrirá hoy con la proyección de El
Bar, de Álex de la Iglesia, que ayer habló con La Vanguardia. El cineasta vasco quiso hacer hincapié, precisamente, en su “plena confianza en el futuro de nuestro cine”, que por algo es “objeto de admiración fuera de España” pese a que dentro algunos augures insistan en juicios negativos sobre su nivel, progreso y posibilidades. Prueba de su fe, De la Iglesia simultanea el trabajo de realizador con un esfuerzo cada vez mayor como productor (en dos años ha lanzado tres producciones). Porque para él no hay duda: “El cine español vive el mejor momento de su historia”.
En El Bar, que llegará a los cines el viernes 24, De la Iglesia retorna a un escenario de catástrofe donde el miedo se adueña de la situación –como en la España de la crisis, opina– y al final ganan los malos, “igual que en la vida”. De entrada, los personajes conviven codo con codo “sin saber si el de al lado es un asesino o le va a salvar la vida a uno”. Pero, cuando sobreviene la tragedia, “se desata el instinto de supervivencia, se rompe el pacto social y entra en juego el verdadero yo de cada cual”. Y se comprueba cómo “casi todos somos o son capaces de pisar a nuestra madre”. Hay, eso sí, unos “héroes anónimos que aguantan las columnas del edificio”, lo cual explica la supervivencia de la humanidad en el día a día. Hasta que en un momento dado, como el de los disparos contra clientes de El Bar, empieza el sálvese quien pueda.El director no quiere que parezca una alegría, pero sonarnos, nos suena.
Más de ochenta posibles compradores de treinta países visionarán 40 películas españolas