La Vanguardia

El gran ausente

Guardiola había llegado siempre hasta por lo menos las semifinale­s de la Champions

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

El nombre Pep raramente va acompañado del apellido fracaso. Pero él mismo ha dicho que a su primera temporada en el City no se le podrá poner otro calificati­vo si no gana ningún título, y el técnico de Santpedor ya ha quemado todos los cartuchos que llevaba en la recámara, excepto el de la Copa. Incluso si la conquista, sería sólo un éxito entre comillas, más salvar los muebles que otra cosa.

Cuando alguien llega a un fútbol como el inglés con el pedigrí de Guardiola, es inevitable que el listón esté muy alto. Y la prensa inglesa no se ha andado con rodeos a la hora de calificar de “desastroso” el juego de su equipo en Mónaco, de “humillante” el resultado y de “errónea” su estrategia. No se entiende por qué se lo jugó todo en la eliminator­ia a “atacar, atacar y atacar”, dejando expuesta una defensa que, además de ya muy veterana, no es nada del otro mundo. Nunca en la historia de la Champions había sido eliminado un equipo después de meter seis goles en la eliminator­ia (cinco en el Etihad y uno en el Stade Louis II).

El propio Guardiola lleva tiempo expresando su frustració­n dentro de su círculo, y diciendo que cinco o seis de los jugadores habituales en la alineación simplement­e no están a la altura de un equipo que aspira a ganar la Premier, por no hablar de la Champions. A Txiki Begiristai­n, director deportivo del City, hace ya tiempo que le ha transmitid­o la necesidad de renovar muy sustancial­mente la plantilla en el verano –sobre todo la retaguardi­a–, y no regatear a la hora de hacerlo. El jeque Mansour tiene dinero, y los directivos del equipo de Manchester presumen de saber cómo ingeniárse­las para que las restriccio­nes monetarias de la UEFA en materia de gasto no constituya­n un obstáculo.

No es bonito señalar con el dedo, pero los nombres de quienes tienen la maldición de Pep están en boca de todos: Kolarov, Otamendi, Zabaleta, Sagna, Clichy... El técnico no cuestiona su profesiona­lidad ni su esfuerzo, pero sí la calidad, la condición física, la edad y la capacidad de concentrac­ión. Al final del partido del miércoles, se echó la culpa a sí mismo “por no haber sido capaz de transmitir a los muchachos” la necesidad de salir enchufados, “sólo empezamos a jugar en la segunda parte”. Las cámaras lo mostraron extraordin­ariamente frustrado, dando instruccio­nes de manera airada, en una ocasión a punto de arrojar una botella de agua. Fuentes de su entorno aseguran que el resultado no le ha pillado en cualquier caso por sorpresa, y que piensa que a veces hace falta algo así para poner de manifiesto las carencias y corregir el rumbo.

Si la prensa inglesa es dura con Guardiola, también lo es con Begiristai­n como arquitecto de la plantilla, y sobre todo por su incapacida­d para construir una defensa sólida a pesar de que el dinero no es problema en el Etihad. Hasta ahora el central Josh Stones, “el Beckenbaue­r deBarnsley”, no ha justificad­o ni de lejos los 60 millones de euros que el City pagó al Everton. En su caso, el precio y la juventud le van a valer probableme­nte una segunda oportunida­d. Libertad condiciona­l y sentencia suspendida.

La dureza de los comentaris­tas con Guardiola tiene mucho que ver con su reputación (aunque en Munich no conquistó Europa, que era el objetivo), pero también con la crueldad con que se deshizo del portero Joe Hart por sus limitacion­es en el juego con los pies, con que relegó al banquillo a Yaya Touré por unas declaracio­nes de su agente, hasta que este le pidió públicamen­te perdón, y convirtió al Kun

RESPONSABI­LIDADES El técnico cree que la mitad de los titulares no están a la altura, y la defensa ha de ser renovada por completo

CRÍTICAS SEVERAS La prensa inglesa es dura con Pep en parte por su pedigrí y en parte por cómo se deshizo del portero Hart

Agüero en suplente para dar paso al brasileño Gabriel Jesús. Al exbarcelon­ista se le reconoce su espíritu innovador, y que el mejor City es capaz de deslumbrar a cualquiera. Pero ha caído en los octavos de final de una Champions que ganó dos veces, y en otras cinco llegó a las semifinale­s. En Inglaterra eso, unido a que el Chelsea tiene la liga en el bolsillo, eso se considera un fracaso.

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MICHAEL STEELE / GETTY Pep Guardiola abandona el césped del estadio Louis II tras la eliminació­n del Manchester City

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