Fernández Ordóñez justifica el fiasco de Bankia en bolsa por la crisis
El exgobernador rechaza haber recibido los correos del inspector Casaus
Seguro de sí mismo, sin dudas ni titubeos, compareció ayer ante el juez Fernando Andreu el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez, para declarar como investigado por las condiciones en que Bankia salió a bolsa en el mes de julio del 2011. Fernández Ordóñez no sólo criticó, sino que prácticamente menospreció los cuatro correos electrónicos que han motivado la ampliación de la investigación sobre la fase previa a la crisis de Bankia. En estos mensajes, el inspector del propio Banco de España, José Antonio Casaus, advertía que la operación iba a salir mal, por la situación financiera de la entidad. Pero los correos nunca llegaron al presidente del banco central español, asegura, quien ayer le dijo al juez que se alegraba de ello, porque los criterios e informaciones que contenía estaban “equivocados”.
El propio Casaus también compareció ante el juez Andreu. Pero su actitud fue distinta. Si Fernández Ordóñez quiso transmitir una idea de plena seguridad en la corrección de su conducta, a la vista de los datos relevantes que tenía sobre Bankia, Casaus dio muestras de estar sometido a una indudable tensión. De hecho, en su declaración tuvo que abrirse un paréntesis de algunos minutos, porque le costaba seguir. Testigos de la declaración indicaron que en algún momento a Casaus se le saltaron las lágrimas.
A efectos legales, es el magistrado quien debe valorar este tipo de hechos, pero la interrupción de Casaus pone de manifiesto que se hallaba en una situación de estrés. La nueva ronda de declaraciones en la Audiencia Nacional sobre la salida a bolsa de Bankia ha desatado una fuerte polémica dentro y fuera del órgano supervisor y de las propias instancias judiciales en que se celebran las comparecencias. En el Banco de España dimitieron a raíz de su citación los responsables de la sección de supervisión llamados a declarar como investigados.
El juez Andreu, a su vez, se negó en principio a llamar a los máximos exresponsables del Banco de España para esta ampliación de la investigación, y finalmente ha tenido que hacerlo por orden de la Sala Penal de la Audiencia, tras un recurso de la Confederación Intersindical de Crédito (CIC). La Fiscalía Anticorrupción, en cambio, coincide con el juez, y no pidió la ronda de declaraciones que ayer se cerró con las comparecencias de Casaus, Fernández Ordoñez y de su antiguo número dos, Francisco Javier Aríztegui.
Fernández Ordóñez y Aríztegui coincidieron en lo sustancial en sus declaraciones. El eje de sus manifestaciones es que no hubo presiones políticas para favorecer la salida a bolsa de Bankia y que el supervisor cumplió con sus responsabilidades. La iniciativa no logró sus objetivos y Bankia tuvo que ser rescatada, pero no porque se actuase con impericia. El naufragio de Bankia habría sido efecto de una recesión no prevista, de la crisis de la deuda soberana y también de la burbuja inmobiliaria. Nadie, en suma, jugó a la ruleta rusa con Bankia.
Para Fernández Ordóñez, las advertencias de Casaus –que él nunca conoció– no podían tomarse en serio. Respecto a los polémicos correos, el exgobernador dijo que “hicieron bien en no enviármelos porque estaban equivocados”. No obstante, en la comparecencia admitió en un momento dado que sí conoció la opinión de otra persona con dudas sobre Bankia. Y añadió que esas reflexiones de un tercero sí merecían alguna atención, porque estaban hechas “con fundamento, no como Casaus”.
El letrado de la CIC, Andrés Herzog, vio a su vez a Casaus “muy contundente” en sus manifestaciones, a pesar de la tensión descrita. El autor de los correos negó que sus tesis fueran improvisadas y señaló que los criterios expuestos en ellos fueron “meditados” y “consensuados”. No obstante, añadió que sus conclusiones fueron las de un análisis, no las de un examen contable, porque no es esta su especialidad. En todo caso, la Sala Penal tomó muy en cuenta las advertencias de Casaus al ordenar una ampliación de la investigación, a la vista de que dicho inspector llegó a vaticinar que “la solución de la salida a bolsa no debía ser aprobada, pues suponía grave perjuicio para accionistas, preferentistas y contribuyentes”.
DESDÉN POR EL MENSAJE “No vi los correos e hicieron bien en no enviármelos; estaban equivocados”
SITUACIÓN TENSA El inspector Casaus tuvo dificultades para efectuar la declaración e incluso se echó a llorar