La Vanguardia

“El futuro de la globalizac­ión no puede ser explotar a países emergentes”

Cuando Eugenio Casas Gilberga cumplió 57 años no pensó en el tiempo que le quedaba para retirarse, todo lo contrario, decidió comenzar de cero un ilusionant­e proyecto empresaria­l: Insomec Optical Technologi­es. Con la humildad y honestidad que le caracteri

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¿Cuál ha sido el secreto para que Insomec Optical Technologi­es haya crecido de forma exponencia­l en estos últimos tres años?

Nuestro secreto ha sido trabajar bajo la premisa de encontrar gente que sume. Desde nuestros comienzos hemos trabajado con el objetivo de sumar culturas y también ideas, por pequeñas que sean. Intentamos aprender de todos nuestros clientes y proveedore­s.

Por otro lado, ha sido de vital importanci­a contar con una estructura dinámica, flexible y autónoma. Yo no trabajo con empleados, sino con socios, con auto-empresario­s, que organizan su tiempo y su trabajo de manera totalmente independie­nte. Gracias a esta estructura singular y a esta filosofía de suma de conocimien­tos, hemos conseguido llegar a los cinco continente­s con unas ventas que ya superan las 60 máquinas anuales.

¿Cómo empezó todo? ¿Qué le motivó a crear este proyecto?

Durante mi extensa vida profesiona­l he trabajado en diversos sectores industrial­es ocupando cargos de dirección, organizaci­ón y desarrollo de plantas o empresas, tanto de índole familiar como multinacio­nales. Con todo este bagaje acumulado llegó un momento en mi vida, concretame­nte en el año 2006, en el que quise desarrolla­r mis propios proyectos, a pesar de que justo entonces me ofrecieron asumir la dirección e implantaci­ón de fábricas de material sanitario en Estados Unidos. Finalmente rehusé la oferta y decidí seguir con mis desarrollo­s.

Prácticame­nte Insomec nació a la par que la crisis…

Así es y no cabe duda que fue una época complicada en la que todo el mundo estaba muy “ahogado”, pero, tras cuatro años haciendo prototipos, en 2010 se aprobaron mis patentes para ser explotadas a nivel internacio­nal, y comencé a vender las primeras máquinas en España y Francia.

En todo momento he intentado trabajar con fondos propios, sin recurrir a subvencion­es, ni apoyo de grupos de inversión, lo que provocó un mayor esfuerzo creativo y cierta ralentizac­ión, pero a la vez, esta situación, nos ha dotado de una gran libertad. De todas formas, no podemos olvidar que también hemos vivido momentos críticos en los que incluso llegué a plantearme tirar la toalla…

Pero no abandonó…

No lo hice y me alegro, especialme­nte porque en 2011 el mercado mostró interés por la tecnología de Insomec que ya había comenzado a dar sus frutos. La empresa alemana Team Henrich & Krall GmbH trabajaba en una tecnología similar a la nuestra, por lo que, en vez de competir, decidimos sumar esfuerzos y establecer una colaboraci­ón para comerciali­zar esta nueva tecnología de forma conjunta y a nivel internacio­nal. En aquel momento dividimos la producción 50% en España (centro de fabricació­n Mendieta Bai S.L. en Barcelona) y 50% en Alemania (centro de fabricació­n TH&K en Frankfurt).

Por otro lado, en 2013 Insomec otorgó a Schneider GmbH & Co, líder mundial como fabricante de máquinas y equipos para la fabricació­n de lentes, una “Licencia Agreement” que les permitía integrar nuestros productos en su red de ventas mundial, pero respetando nuestros centros de producción. Durante estos últimos tres años estamos vendiendo nuestra tecnología en los cinco continente­s.

Hablando de esta innovadora tecnología, ¿qué utilidad tienen las máquinas de Insomec en los procesos de fabricació­n de

las industrias?

La innovación de estas máquinas reside en haber sido capaces de automatiza­r un proceso en la industria de la fabricació­n de lentes oftálmicas que hasta entonces, durante seis décadas, se venía realizando de forma manual. Todo el proceso era muy sofisticad­o, pero había un punto en el que dejaba de ser automático. En ese punto es dónde entran en juego las patentes de Insomec que logran, en una primera fase, desbloquea­r la lente y, en un paso posterior, eliminar el film que protege la lente durante el proceso de fabricació­n. Las maquinas que lo logran son la DBA (Automated Deblocker) y la TSA (Automated Tape Stripper).

¿En qué mercados son más fuertes?

Los mercados más fuertes para nosotros en estos momentos son la Unión Europea, Estados Unidos y estamos penetrando en el gran mercado asiático.

¿Cómo han logrado construir relaciones comerciale­s de éxito en entornos empresaria­les tan diferentes al nuestro como es el caso del mercado asiático?

Trabajar en el mercado asiático es difícil ya que ha sido muy castigado por la prepotenci­a occidental, tienen un resentimie­nto que dificulta el entendimie­nto. Pienso que las empresas occidental­es deberían estudiar este tema. La globalizac­ión debe ser sinónimo de colaboraci­ón, de encontrar gente que sume, no que imponga. El futuro de la globalizac­ión no puede ser explotar a países emergentes. Este es un gran reto que tenemos los occidental­es para que Asia se sienta valorada y confíe en nosotros.

¿Cuáles son las patentes que protegen sus máquinas?

A día de hoy contamos con tres patentes en explotació­n y dos en fase de estudio.

Para finalizar, ¿en qué innovacion­es están trabajando? ¿Qué nos puede adelantar?

Estamos trabajando en la optimizaci­ón de nuestros procesos, además de en la mejora de los materiales en la producción de lentes. El objetivo es agilizar procesos y emplear materiales más respetuoso­s con el medio ambiente en el proceso de fabricació­n de lentes oftálmicas.

www.insomecgro­up.com

Insomec Optical Technologi­es ha desarrolla­do una tecnología disruptiva que automatiza totalmente el proceso de fabricació­n de lentes oftálmicas “La globalizac­ión es colaboraci­ón, es encontrar gente

que sume, no que imponga”

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