¿Paranoia o un Estado dentro del Estado?
El Deep State o Estado profundo es un concepto procedente de Turquía con el que se describió una red clandestina de funcionarios, militares y poderes fácticos que imponían su voluntad a los gobiernos. También se ha utilizado en otros países con regímenes autoritarios como Egipto y Pakistán. Hace algo más de un año, en Estados Unidos, Mike Logfren, un exfuncionario del Congreso, publicó el libro El Estado profundo: la caída de la Constitución y el surgimiento de un gobierno en la sombra, en el que describe la existencia de un núcleo poderoso que mueve los hilos en Washington independientemente de quién esté en el poder, pero dejando claro que no se trata de un movimiento subversivo o conspirativo en la sombra y lo distingue del establishment. “Todas las sociedades complejas tienen un establishment –señala–, una red social cuya finalidad es su enriquecimiento y perpetuación. El Deep State es una clase en sí misma profundamente arraigada”. Algunos autores han relacionado el Deep State con la denuncia que hizo Dwight Eisenhower de las “influencias injustificadas” del denominado “complejo militar-industrial”. Sin embargo, la dimensión conspirativa actual la han dado los medios estadounidenses de extrema derecha y Steve Bannon, que presenta el Deep State como “una amenaza directa a la presidencia de Trump”. Mientras unos autores lo ven como una paranoia de Trump y su equipo, otros lo consideran el ingrediente fundamental de una estrategia perversa.