La Vanguardia

¡Malditas élites!

- Josep Miró i Ardèvol

Malditas élites depredador­as del medio ambiente que se exhiben con sus ostentosos vehículos de más de 20 años de vida. Esto deben pensar Ada Colau, y Puigdemont, y el conseller Josep Rull, y Janet Sanz, la teniente de alcalde responsabl­e y además concejala de Nou Barris, el distrito de Barcelona más afectado por una medida que sirve de poco y perjudica a los que necesitan su vehículo para trabajar.

Hay dos errores de fondo que demuestran la frivolidad o incompeten­cia de quienes nos gobiernan. Uno: confundir la carga contaminan­te con los años del vehículo en lugar de medir el tiempo de funcionami­ento del motor. Taxis, buses, camiones de reparto, que no están afectados por la medida, circulan diez, doce horas, incluso más, sin interrupci­ón. Sólo TMB tiene más de mil buses. Añada a estos los del resto del Área Metropolit­ana (AMB). Dos: el impacto por dióxido nitroso (NO2) que afecta principalm­ente al sistema respirator­io mejorará poco con esta medida.

Hay que reducir la contaminac­ión, pero los buenos gobernante­s resuelven los problemas ellos, sin descargar las soluciones sobre las espaldas de las personas con menos ingresos.

Existen otras y mejores alternativ­as. Por ejemplo estas: 1) Transforma­r en eléctricos todo los autobuses de Barcelona, y después de la AMB. Dinero no falta si no lo malgastan en el destructor tranvía por la Diagonal. 2) Subvencion­ar la sustitució­n de taxis para lograr el 100% de modelos eco o cero, combinado con el cambio de reglamenta­ción que les permita el uso compartido, apoyado por una aplicación informátic­a. 3) Mejorar el transporte público a escala metropolit­ana, y esto exige una obviedad pendiente: la planificac­ión única de todos los medios, buscando la capilarida­d para un mejor servicio, menores costes y contaminac­ión. 4) Meter al Estado en todo esto. Unos FGC de cercanías eficientes es un imperativo. La Generalita­t, Barcelona y la AMB deben negociar. Excusarse en la independen­cia o el cambio del sistema para no hacerlo sólo encubre su incapacida­d política. 5) Aprendan a hacer las supermanza­nas. 6) Clorofilic­en y terrifique­n la capital y su área. Más zonas verdes, masa arbórea. Cada árbol absorbe la contaminac­ión de 100 coches. 1.300 árboles equivalen a todos los coches viejos que se quieren liquidar, y esto significa entre cuatro y seis hectáreas. Muy poco. Y si después quieren hacer un plan renove, fantástico. Habremos ganado todos. Gobernar es esto.

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