La herencia envenenada
Quince familias de Arenys viven angustiadas por la contaminación que origina un vertedero ilegal de neumáticos
La llaman la Seseña de Arenys para recordar la catástrofe ambiental que en mayo del 2016 produjo el incendio de 70.000 toneladas de neumáticos abandonados en un vertedero ilegal en Seseña, Toledo. Los vecinos de la urbanización ubicada en la Riera de Torrentbó de Arenys de Mar llevan desde el 2006 advirtiendo a las administraciones del riesgo que supone un vertedero clandestino de 5.000 neumáticos depositados en una finca junto al parque natural del Montnegre-Corredor.
Con la llegada de la primavera, las 15 familias que viven junto a la finca donde se apilan los neumáticos volverán a sufrir el asedio de los mosquitos tigre, que tienen en las ruedas llenas de agua putrefacta su hábitat ideal. “En pleno verano no podemos abrir las ventanas y para estar por casa andamos con pantalones largos”, explica Sigfrid, uno de los afectados. Pero los residentes también son conscientes de que tal acumulación de caucho es perjudicial para su salud y alertan de que están siendo envenenados, ya que la degradación de las gomas contamina los acuíferos naturales y “posiblemente un depósito de miles de litros de agua potable del que se nutre la comunidad” y cuya calidad nadie se ha preocupado de analizar.
Tal es la degradación de la finca de los neumáticos que “hasta hay cazadores que la utilizan para enterrar a los perros”, aprovechando la facilidad de acceso. Advierten igualmente que “no se ha sellado la fosa séptica de la antigua vivienda” que acabó pasto de las llamas y no se ha restaurado por un conflicto familiar. Tampoco se ha retirado la decena de bombonas de butano corroídas por el paso del tiempo que están a la intemperie. Los vecinos tienen pánico a un incendio y no obvian los riesgos a que están sometidos constantemente. Los mosquitos no son su mayor problema. Sufren directamente la polución que genera la progresiva degradación química de unos neumáticos que, al aire libre, pueden liberar más de 200 sustancias contaminantes, como los peligrosos y tóxicos bifenilos policlorados.
En estos diez años “nos hemos entrevistado con todos los alcaldes” y lamentan que no han obtenido una solución a su calvario. Ahora, según la concejal de Medio Ambiente de Arenys de Mar, Laia Martín, “se ha iniciado el proceso para reclamar a los herederos”. El enésimo expediente –el último caducó en el 2012– para exigir a los hijos y la viuda del propietario de los terrenos que “cumplan con sus obligaciones legales pese a que se nieguen a aceptar la herencia”. En caso contrario, el Consistorio asegura que procederá judicialmente contra ellos y les exigirá el pago de los 40.000 euros que cuesta la retirada de los neumáticos.
El Ayuntamiento exigirá que los herederos de la propiedad limpien la zona aunque se nieguen a aceptar el legado