Thriller con final feliz
Sara Flores está contenta. Ella y otras cuatro familias de La Llagosta vivieron hace un mes una pesadilla al ver sus pisos ocupados por un grupo de chantajistas disfrazados de okupas que, amparados por la actual legislación okupafriendly, se instalaron en las viviendas que acababan de comprar y pidieron dinero u otra casa como rescate al secuestro de sus pisos. La presión popular que los afectados ejercieron día y noche trascendió a todos los niveles, y hoy podemos decir que su historia de terror ha tenido un final feliz. El último okupa en salir fue precisamente el que había amenazado a los vecinos con recibirles a machetazos. Las familias tienen que esperar todavía algunos días más para dar tiempo a borrar el rastro de la okupación que dejó numerosos desperfectos en sus pisos nuevos. Con suerte, esta próxima Semana Santa podrán hacer la deseada mudanza.
Como explicaba este diario hace unos días, el caso de La Llagosta es sólo un ejemplo de una moda que está generando nuevos negocios vinculados a esta práctica mafiosa. Así, empresas de vigilancia, de puertas blindadas, de mediación para desocupar las viviendas asaltadas o la compraventa de material arrancado de las viviendas ocupadas, se benefician del fenómeno.
Nos preguntábamos aquí hace un mes si alguien se daba por aludido ante esta kafkiana situación. Pues bien, hace meses que prestigiosos juristas liderados por la abogacía catalana trabajan para encontrar una solución a este problema. Y parece que han dado con la llave para resolverlo. Se trata de reformar tres o cuatro artículos de la ley de Enjuiciamiento Civil que permitiría a los jueces ordenar el desalojo inmediato de estas ocupaciones mafiosas que nada tienen que ver con las motivadas por la exclusión social. Mossos, jueces y abogados están cansados de asistir impotentes a estos chantajes impunes que se enmascaran en la tragedia de las familias realmente necesitadas para llevar a cabo su picaresca.
Esta propuesta de reforma legal llegó la semana pasada al Congreso de los Diputados de la mano del PDECat y superó el inicio de la tramitación con los votos a favor de PP, Ciudadanos y PNV. Votaron en contra el PSOE, Podemos y ERC porque temen que esa reforma deje indefensas a las familias vulnerables. Los jueces y los expertos juristas que han trabajado en la propuesta aseguran que legalmente se puede diferenciar claramente una actuación judicial tras una ocupación mafiosa de otra relacionada con un caso de vulnerabilidad.
La sociedad demanda una solución urgente a este asunto que no entiende de estrategias partidistas. Es deseable que, durante la tramitación parlamentaria de esta reforma, los partidos se aproximen al problema con ánimo resolutivo porque mañana puede ser usted, diputado o diputada, quien, al volver de vacaciones, encuentre su casa okupada por estas mafias. El concejal republicano de Barcelona Alfred Bosch sabe a qué me refiero porque fue víctima de un intento de okupación de su piso mientras dormía dentro. Hasta ese punto llega el descaro.
Mañana puede ser usted, diputado o diputada, quien encuentre su casa ‘okupada’ al volver de vacaciones