Negro entre blancos
La influencia del músico desaparecido en el nacimiento del rock’n’roll como género se dio en una escena dominada por artistas blancos
El impacto y la influencia de Chuck Berry en lo que se podría denominar música popular a lo largo de seis decenios superó con creces sus nada despreciables índices de venta de discos, especialmente los de la primera mitad de su carrera. El universo de lo que en aquel entonces se entendía como música moderna estaba en una fase embrionaria, hecho que justifica aunque sólo parcialmente el extraordinario impacto de Berry tanto como letrista como cantante, guitarrista, compositor de melodías y showman en el nacimiento del rock’n’roll.
Ese impacto se puede resumir con la afirmación de que su música ejerció de puente entre el rhythm’n’blues negro y un incipiente rock’n’roll blanco, y por extensión entre la música hecha por blancos y por negros. Las biografías musicales de los Beatles y los Rolling Stones muestran como las primeras etapas de sus carreras musicales incidían con insistencia en las historias y las vivencias de adolescentes americanos, hasta el grado de que los primeros versionaron nueve hits de Berry, y los segundos, trece.
Si su influencia se midiese por el número de versiones a las que sus canciones se vieron sometidas, Berry sería un caso único en la historia el rock’n’roll: desde Elvis Presley, Cliff Richard y Johnny Halliday hasta los Animals, Kinks, Faces, AC/DC, Status Quo, Sex Pistols pasando por Jimi Hendrix, Emmylou Harris, David Bowie, Bob Dylan o Bruce Springsteen. Sin olvidar el caso palmario y ya citado de los Beach Boys, que no dudaron en fusilar la melodía de Sweet little sixteen como base de su Surfin’ USA, pero que al final tuvieron que incluir a Berry como coautor para evitar el peso de la justicia.
La trascendencia de Chuck Berry se fundamenta en los valores absolutos de su habilidad y su capacidad, pero además tiene un elemento añadido, que la hace especialmente sobresaliente, y es el hecho de que era un músico negro en una época en que era radicalmente insólito que eso ocurriera. Su condición de uno de los padres del rock’n’roll está compartida exclusivamente por músicos e intérpretes blancos, espléndidos y gloriosos, comenzando por Elvis Presley y siguiendo con Buddy Holly, Bill Haley, Gene Vincent o, en otra dimensión, Roy Orbison.
Sin embargo, no se puede olvidar que en su fase de aprendizaje, Chuck Berry, en el ámbito vocal fue deudor, como reconoce en sus memorias, del arte interpretativo de Nat King Cole, especialmente en lo que hace referencia a la dicción. Y en el ámbito lírico, se inspiró en el fresco desparpajo y el estilo de cantar las letras que exhibía Louis Jordan. Es decir, sus influencias directas procedían de dos de los primeros músicos negros que alcanzaron la popularidad ante una audiencia generalista,
Su impacto llegó a una escena monopolizada por Elvis Presley, Buddy Holly, Bill Haley y Gene Vincent
es decir, blanca. Berry comentaba en más de una ocasión que en plena gira –superexitosa– de Maybellene, algunos promotores locales descubrían, en tiempos de drástica segregación racial en zonas de Estados Unidos, que el músicos e intérprete de aquella maravilla era negro.
El glorioso Muddy Waters confesaba después, en 1977, que su influencia y la de Chuck Berry en la invasión de grupos británicos en Estados Unidos (Beatles, Rolling Stones) había ayudado a popularizar en su país natal la música negra y a sus creadores. “Los Beatles tocaron mucho de Chuck, y los Stones, algunas cosas mías, y eso sirvió para que la gente se despertara en mi país y viera la música que hacíamos”. En esto, Chuck Berry también fue pionero.