Muerta en vida
Filla del seu pare Autor: Àlex Aguilà Director: Pau Miró
Lugar y fecha: Espai Lliure hasta el
26/III/2017
Perezosa y aburrida, echada en el sofá del piso que justo acaba de estrenar, Hedda se entretiene toqueteando una pistola magnífica, de las que su padre, el general Gabler, había conservado, orgulloso, en un estuche especialmente lujoso. La mujer parece pensar en la utilidad que el arma le ofrece, y a modo de ensayo, dispara un tiro en una dirección imprecisa de la sala de estar. Atolondrado, aparece su marido y la recrimina: “¡Eso no se hace, Hedda!”. le dice gritando. Y estas son las primeras palabras que escuchamos en la representación de Filla del seu pare, la obra que ha escrito Àlex Aguilà a partir de Hedda Gabler de Henrik Ibsen (1828-1906). Pues bien, estas palabras, exactamente las mismas, son las que el gran dramaturgo noruego puso, no al principio, sino al final de su drama, después de que el juez Brack oye el tiro mortal que Hedda se dispara. Y el hombre grita: Por Dios... ¡eso no se hace!, antes de que caiga el último telón.
Con la pirueta de poner al principio de todo lo que Ibsen quiso que fuera, justamente, el final absoluto de la obra, Aguilà ha querido expresar la radicalidad de su manipulación. Esta, de hecho, se centra al reducir drásticamente el reparto creado por el clásico, que pasa de siete personajes a tres, haciendo que la desventurada heroína confronte su vacío existencial con las angustias profesionales de su marido y del amigo más constante de la pareja. Es así como el espectador asiste a un juego dialéctico de notable intensidad en el seno de un triángulo de (relativa) juventud formado por Hedda Gabler (Júlia Barceló), su marido Jorgen Tesman (Pau Vinyals) y el amigo de los dos Ejler Louborg (Pol López).
Por su parte, Pau Miró dirige a los tres intérpretes con una precisión y eficacia, en opinión mía, difícilmente mejorables. A partir de la versión de Aguilà, de considerable solidez, el director ha hecho un tratamiento muy riguroso de la psicología de los personajes, los cuales parecen confabulados al crear una atmósfera electrizada que en cualquier momento pueden estallar en una imprevisible tragedia. Tesman es un saco de nervios transportando un ánimo trastornado por la esquizofrenia: no sabe si responder a las caprichosas observaciones de su mujer o preocuparse mejor por el qué hay que hacer –o qué hay que evitar– para defender su prestigio. En cualquier caso, es un individuo constantemente mareado. Y como si tuviera la obligación de incrementar la inestabilidad de la pareja, Louborg, examante de Hedda, arrastra la paranoia de que un enemigo invisible lo persigue. Los dos hombres buscan la conquista del hombre nuevo, mientras que la mujer replica: “¿De qué sirve ser un hombre nuevo si todavía eres débil?”. Hedda afirma: “Yo viviré aquí, atrapada, muerta en vida, esperando mi momento”. Filla del seu pare ofrece un ejemplo de calidad interpretativa de alto nivel, con un Pol López sensacional, acompañado de Júlia Barceló, actriz de una expresividad que reclama papeles muy principales, y de Pau Vinyals en un personaje del todo convincente.