El líder de la estrategia
Las jugadas a balón parado han dado doce puntos al conjunto de Zidane
Donde antes mandaban el pie de Koke y la cabeza de Godín (así ganó la Liga el equipo de Diego Pablo Simeone hace tres temporadas), ahora lo hacen los jugadores de Zinédine Zidane. A falta de juego colectivo, el Madrid esgrime como nunca la estrategia en las jugadas a balón parado. El equipo blanco ha logrado puntuar de esa forma en siete partidos, con una cosecha de doce puntos, los tres últimos el sábado en Bilbao. La fórmula es casi siempre la misma. Toni Kroos saca de esquina, y por el centro del área irrumpe la cabeza de Sergio Ramos. Pero cuando no, como en San Mamés, hay alternativas, como la del brasileño Casemiro, que remató solo en el corazón del área porque tres defensores se encargaban en ese momento de la vigilancia de Sergio Ramos.
El gol del centrocampista sólo tuvo de extraño el que no fuera de cabeza. El Real Madrid suele gobernar los partidos desde el aire. 20 de sus 71 goles en esta Liga los ha marcado con la testa. Sin dichos goles, el equipo de Zidane sumaría 16 puntos menos.
La estrategia de los blancos la han padecido en la Liga el Villarreal, el Barcelona, el Deportivo, el Málaga, el Las Palmas, el Betis y el Athletic. Los encargados de sacar los córners son, por este orden, Kroos, Modric o James. En el primer palo fija a los defensores Bale; en el segundo acude el segundo central, ya sea Varane, Pepe o Nacho; por el centro se busca la vida Cristiano, que siempre tiene a alguien encima. Los jugadores más bajitos procuran bloquear a los defensores más altos (véase a Lucas Vázquez con Piqué en el Camp Nou), y merodeando por donde le place aparece Sergio Ramos, que casi siempre se las apaña para irrumpir en el área como un búfalo cuando el balón vuela ya por los aires. De esa manera ha marcado seis tantos en esta Liga (lleva ya siete en total) el central de Camas.
En San Mamés, en el primer córner que botó el Madrid, Ramos volvió a rematar solo, y su cabezazo no fue gol por centímetros. Sin ser un jugador especialmente alto (1,83 centímetros), la clave está en la determinación con la que entra al remate. Los defensores le ven venir, pero son literalmente arrollados por su potencia de salto.
El gol de Casemiro sólo puede entenderse porque la defensa del Athletic entró en pánico en el primer saque de esquina visitante cuando el Madrid se fue a por la victoria tras el empate de Aritz Aduriz. La sobrevigilancia a Ramos provocó que Cristiano pudiera peinar al segundo palo, donde Casemiro casi tuvo tiempo de tomarse un café antes de rematar sobre un vendido Arrizabalaga.
El balón parado también ha dado dividendos al Madrid en la Champions. Su última víctima, el Nápoles, encajó dos goles de cabeza del ínclito Sergio Ramos en San Paolo cuando los de Maurizio Sarri pugnaban por igualar la eliminatoria. Pero ya en la fase de grupos el Madrid abatió al Sporting de Portugal con dos cabezazos, y marcó otro gol con la testa al Borussia Dortmund.
PODEROSO JUEGO AÉREO El Madrid ha marcado 20 de sus 71 goles en la Liga en remates de cabeza; Ramos ha anotado seis