Un diésel sin turbo
El Juventus derrota al Sampdoria por 0-1 y parece reservarse energías para el Barça
El Juventus –no en vano es propiedad de la familia Agnelli, los fundadores de la Fiat– está propulsado por un potente y fiable motor diésel que casi nunca te deja tirado en la carretera. Tampoco lo hizo ayer, en el campo del Sampdoria, aunque en las últimas curvas, el chófer, Massimiliano Allegri, temía un súbito reventón y se puso muy nervioso. Al final, el diésel no falló y llevó al equipo a la victoria, por 0-1. Los
bianconeri siguen viajando a velocidad de crucero, con el piloto automático, hacia su sexto Scudetto consecutivo, una hegemonía insultante y bastante aburrida para la tifoseria futbolística transalpina. Los campeones italianos no suelen necesitar poner el turbo para desembarazarse de sus rivales. Practican un fútbol que optimiza los recursos, económico. Es habitual que ganen por un gol. Volvió a suceder ayer, gracias a un testarazo de Cuadrado en el minuto 7. Los de Turín tuvieron en el primer tiempo otras oportunidades que no se materializaron. Después del descanso se relajaron, casi demasiado, y se mostraron conformistas. Dio la sensación de que ahorraban ya energías pensando en el futuro duelo con el Barça en los cuartos de final de Champions. Al elegante Allegri no le gustó tanta frialdad en sus hombres. Se agitó, gesticuló, maldijo y hasta dio un puntapié a un objeto que había sobre el césped.
El partido fue importante para el capitán juventino, Gigi Buffon, que a sus 39 años es un ejemplo viviente de durabilidad, como los diésel. El guardameta se convirtió ayer en el jugador del club que, a lo largo de su historia, más minutos ha jugado en la Serie A. Si Buffon abandonó el campo risueño, el reverso de la medalla fue Dybala. El atacante argentino se retiró lesionado, si bien se trata de la recaída en un problema muscular ya presente y que, en principio, según Allegri, es recuperable y no debería comprometer la presencia del valioso atacante ni con su selección ni contra el Barça.
Después del partido fue inevitable que a Allegri le preguntaran por el club catalán. Admitió, en voz baja, que hubiera preferido otro rival aunque hizo hincapié en que el equipo está preparado para el reto.
Los analistas italianos han acogido el emparejamiento del Juventus con el Barça de un modo bastante relajado, con el inevitable argumento de la revancha obligada por la derrota sufrida en el 2015 en Berlín. “Como una final”, tituló el rotativo La Stampa. “Como toda gran saga, habrá una secuela”, escribió el diario turinés, otra pieza del imperio Agnelli.
El tono general de los análisis apunta a que el Barça es más batible que hace dos años. A pesar de la impresión que causó la remontada frente al PSG, los comentaristas coinciden en que el equipo de Luis Enrique es menos sólido y, en cambio, el Juventus posee la madurez, la experiencia y la fuerza mental para superar la eliminatoria. Ganar la Champions sería el corolario de unos años extraordinarios. Ven el sueño al alcance, con la motivación justa para lograrlo.
Una de las voces más respetadas del calcio, Mario Sconcerti, del Corriere della Sera, se atrevió a escribir el sábado que el Juventus tiene el 55% de posibilidades de imponerse al Barça. “Son sensaciones más que pronósticos”, afirmó Sconcerti. Según el veterano gurú futbolístico, los azulgrana son hoy más un equipo de individualidades que un conjunto, al contrario que los bianconeri, con el agravante de que Messi brilla menos y Neymar, aunque ha crecido mucho, aún no está a la altura del argentino. A juicio del analista, los partidos con el PSG fueron “un exceso” que el Barça pagará y han evidenciado una “enfermedad” y “una imperfección que un día u otro volverá”.
A mimar el alma juventina contribuyó asimismo Fabio Capello, comentarista estrella de la cadena Sky, desplazado a San Mamés para seguir el Athletic-Real Madrid. Capello –madridista confeso–, afirmó con rotundidad que los merengues son hoy superiores al Barça y a cualquier otro equipo en Europa, en especial porque los sustitutos tienen tanta calidad como los titulares, cosa que, según el técnico, no ocurre con los culés. Capello animó así al Juventus, pero, al mismo tiempo, lo previno de lo duro que sería encontrarse luego al Madrid.