Blairo Borges Maggi
MINISTRO BRASILEÑO
Una investigación judicial ha descubierto que empresas cárnicas brasileñas sobornaban a inspectores sanitarios del Ministerio de Agricultura, dirigido por Blairo Borges Maggi, para vender carne caducada o tratada con sustancias ilegales.
China, Chile y Corea del Sur restringen las importaciones de carne de Brasil, principal exportador mundial
Nuevo escándalo de corrupción en Brasil, esta vez con consecuencias sanitarias internacionales. La UE y otros países importadores de carne brasileña anunciaron ayer restricciones para este producto mientras no se aclare si presenta riesgo para los consumidores. El caso, bautizado ya por los medios como podridao (podredumbre) –que recuerda al petrolao en Petrobras– fue destapado el viernes cuando la policía desarticuló una trama por la cual empresas cárnicas sobornaban a inspectores sanitarios para hacer la vista gorda ante productos en mal estado, tanto para el consumo local como en el exterior.
De poco sirvió que el presidente Michel Temer invitara a cenar el domingo en una churrasquería de Brasilia a los embajadores de los principales países compradores de carne brasileña. “Todos los establecimientos implicados en este fraude suspenderán todas sus exportaciones con destino a la UE”, declaró ayer en Bruselas el portavoz comunitario de Seguridad Alimentaria, Enrico Brivio.
No obstante, y aunque las empresas investigadas son muchas, incluyendo a las líderes del sector JBS y BRF, Brivio indicó que “no hay ninguna alerta específica sobre carne brasileña”. Esta crisis se produce cuando se había intensificado el diálogo para cerrar el ansiado acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur, que tiene sus principales trabas precisamente en cuestiones agropecuarias y cuyos negociadores celebraron precisamente ayer una reunión clave en Buenos Aires.
Más drástica ha sido China, que ha advertido al gobierno de Temer que “no desembarcará en sus puertos los contenedores con carnes procedentes de Brasil”, según un comunicado del Ministerio de Agricultura brasileño. Chile también ha suspendido temporalmente las importaciones, mientras que Corea del Sur limitará por ahora la restricción a los productos de BRF.
Temer trató ayer de minimizar la crisis. “Tenemos unas 4.850 plantas de frigoríficos en Brasil y sólo tres fueron intervenidas y otras 18 son investigadas”, aseguró el mandatario. “Tenemos un sistema muy riguroso de inspección sanitaria en Brasil; el número de funcionarios del Ministerio de Agricultura involucrados en los fraudes es diminuto”, añadió.
Brasil es el mayor exportador mundial de carnes. Lidera el sector en bovino y pollo, mientras que en cerdo ocupa la cuarta posición, con ingresos totales por valor de 11.000 millones de euros.
La investigación policial, denominada operación Carne Débil, duró dos años. Los agentes detuvieron el viernes a 33 inspectores sanitarios y a ejecutivos de varias empresas, incluidas BRF y JBS, que exportan carne bajo marcas como Sadia, Fribol o Swift. La policía asegura que en el marco de la trama también se pagaban sobornos a partidos políticos como el PMDB, la formación de Temer.
El fraude era llevado a cabo por diversos métodos, bien con la inyección en la carne de agua o productos químicos prohibidos –se está analizando si alguno podría ser incluso cancerígeno– o bien reetiquetando productos caducados o en mal estado.
El colmo del escándalo es que los medios brasileños revelaron que los embajadores invitados a cenar el domingo –Temer se sentó entre el de China y Angola– podrían haber comido carne a la espada importada, ya que el restaurante también decidió el viernes restringir la compra de productos locales en vista del podridao.