La Vanguardia

Los presidenci­ables franceses debaten la avería nacional

Los cinco principale­s candidatos exponen programas ante diez millones en televisión

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

Los cinco principale­s candidatos a la presidenci­a francesa, aquellos con una intención de voto superior al 10%, se enfrentaro­n anoche en un debate televisado que inauguró la campaña, ante unos diez millones de telespecta­dores, según la previsión de audiencia.

Por orden de intención de voto en sondeos; la ultraderec­hista Marine Le Pen, el europeísta neoliberal Emmanuel Macron, el conservado­r lastrado por las sospechas del Penélopega­te François Fillon y los dos candidatos de una izquierda dividida, Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon, socialista­s empatados de diversa tendencia, participar­on en una confrontac­ión, civilizada y con argumentos, de dos horas y media sobre modelo de sociedad, economía y política internacio­nal.

Los cinco demostraro­n la posibilida­d de un debate razonable desde argumentos y posiciones contrastad­as que fue más allá del mero intercambi­o de monólogos y reproches. El objetivo de los candidatos que participar­on en el debate en el primer canal de la televisión, que concluyó al filo de la medianoche, era la conquista del partido mayoritari­o: el de los indecisos (alrededor del 40%) y el de los abstencion­istas (por encima del 30%).

Fillon prometió liberar a Francia de un “exceso de reglamenta­ciones” y situó las tres amenazas; un presidente de Estados Unidos “imprevisib­le”, la potencia comercial de China y el islamismo yihadista.

Segundo en el turno de palabra, Jean-Luc Mélenchon se presentó como un “presidente social y ecode logista” con su programa de refundació­n de la República sobre sólidas bases sociales, fuera de la energía nuclear y de la OTAN.

Emmanuel Macron, pujante en los sondeos, se declaró “orgulloso de haber sido banquero”, algo que se le reprocha, dijo, metido en política para “hacer cosas útiles” y convencido de que, “la divisoria clásica (derecha-izquierda) no ha resuelto nada y no sirve”.

“No quiero ser la vicecancil­ler de Merkel, quiero restablece­r el derecho de los franceses a decidir por sí mismos”, proclamó Marine Le Pen, en el marco de un “rearme contra la mundializa­ción”. Líder en la primera vuelta y eterna derrotada en la segunda, Le Pen fue tajante: “Quiero detener toda inmigració­n”. Benoît Hamon se preguntó: “¿Qué pueblo queremos ser, solidario o autoritari­o?”, y abogó por la “independen­cia ante los lobbies”.

El debate tuvo momentos de gran animación y hasta humor, alrededor del reproche que se hace al joven Macron de ser el representa­nte de los grandes grupos empresaria­les. Benoît Hamon exponía su plan para “eliminar la influencia de los lobbies” cuando Macron comentó: “Eso va por mí”. El candidato sin partido respondió explicando cómo se financia su campaña, sobre la que no ha publicado listas de donantes. “¿Pue- asegurar que no hay grupos farmacéuti­cos y bancarios entre sus donantes?”, le interrumpi­ó Hamon, que cuenta con la red de financiaci­ón de su partido (socialista). “Yo no hago controles de identidad con mis donantes –respondió Macron–, no estoy manejado por nadie”. Fue en ese momento cuando el conservado­r Fillon intervino: “Es bueno que haya un debate interno entre socialista­s”, dijo entre risas. Tanto Macron como Hamon han sido ministros con el presidente François Hollande.

Otro momento con chispa se produjo cuando la periodista se refirió a los casos judiciales que penden sobre “algunos de ustedes”. “Gracias por su pudor –respondió Jean-Luc Mélenchon–, pero aquí hay tres candidatos que no tenemos ningún caso judicial encima, eso se refiere a Fillon y Le Pen”, el primero con sospechas de empleos ficticios de su mujer, y la segunda por haber reclutado a sus colaborado­res para trabajos en su partido pagados con fondos del Parlamento Europeo, así como por infravalor­ar su patrimonio.

Los tres candidatos que juegan en la primera liga de esta campaña, Macron, Le Pen y Fillon, se lanzaron sus concepcion­es económicas. Fillon reprochó a Le Pen ser una “serial killer” para la economía con su propuesta de salida del euro. Le Pen respondió enseñando un gráfico que reflejaba la evolución de las economías europeas desde la introducci­ón del euro, con una línea alemana hacia arriba y otras, francesa, española e italiana, hacia abajo. “No creo que el euro haya sido bueno”, dijo. Fue uno de los raros puntos marcados por Le Pen, cuyas intervenci­ones no brillaron.

La clave de estas elecciones es la avería. La avería nacional de una Francia en declive estatal y social y descontent­a por ello. Una Francia que se compara con la de los treinta gloriosos y se asusta. Un país que busca soluciones en chivos expiatorio­s, en repliegues nacionales contra la mundializa­ción, en refundacio­nes republican­as o en reformas neoliberal­es a las que su sociedad se ha resistido con mayor tenacidad que cualquier otra nación europea. Todo eso se reflejó en el debate de anoche.

Macron se declara “orgulloso de ser banquero” y dice que no es la marioneta de nadie Marine Le Pen, tajante: “Quiero detener la inmigració­n, los franceses ya no pueden más”

 ?? PATRICK KOVARIK / POOL / EFE ?? François Fillon, Emmanuel Macron, Jean-Luc Mélenchon, Benoît Hamon y Marine Le Pen, anoche antes de empezar el debate
PATRICK KOVARIK / POOL / EFE François Fillon, Emmanuel Macron, Jean-Luc Mélenchon, Benoît Hamon y Marine Le Pen, anoche antes de empezar el debate

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