Más presión sobre la concertada
El Govern no esperará a septiembre para cerrar los grupos que carezcan de suficientes matriculaciones
La escuela pública y la concertada competirán este año en igualdad de condiciones ante el nuevo curso escolar 2017-2018 después de que el Departament d’Ensenyament anunciara ayer que elaborará el nuevo mapa escolar tras el periodo de preinscripción de los alumnos que se abre el 23 marzo y acaba el 4 de abril. “Todos los grupos, independientemente de la titularidad, se revisarán y se adecuarán a la realidad derivada de la preinscripción del proceso de matrícula”, dijo la consellera Meritxell Ruiz en la presentación de la oferta inicial de plazas del próximo curso. Desde que se aprobara la ley de Educación de Catalunya (LEC), el Govern decidía el cierre de grupos sobre la escuela pública después de que los padres eligieran sus preferencias de centros durante la preinscripción pero dejaba para septiembre la reordenación de las clases en la escuela concertada de modo que esta podía recibir nueva matriculación hasta entonces. Este curso el mapa escolar se dibujará a partir de abril para todos los centros en función de la demanda, una cuestión que fue instada por el Síndic de Greuges.
Esta es una nueva vuelta de tuerca para la escuela concertada, que está viviendo con inquietud el debate sobre la financiación del sistema educativo catalán, aprobado por la LEC en el 2009 con el consenso general pero que el año pasado se vio cuestionado con la presentación de una ILP en el Parlament que no prosperó y que se sigue cuestionado por algunos partidos políticos. “En ciertos ámbitos del Parlament se considera la escuela concertada como si fuera subsidiaria del servicio público, en lugar de entender que los proyectos educativos aportan diversidad y riqueza al país”, explica Oriol Blancher, presidente de la AEC. “¿Quién paga en la escuela concertada los alquileres, las sillas, los ordenadores o el servicio de limpieza? ¿Cuánto le cuesta a la administración una plaza pública y cuánto una concertada? La realidad es que con la LEC en la mano estamos sólo parcialmente financiados”, manifiesta. Los conciertos económicos que sufragan el pago delegado a los profesores se pierden con grupos inferiores a 20 alumnos en educación infantil y primaria y 25 en la secundaria.
La consellera recordó que la prioridad del departament es mantener todos los proyectos educativos evitando el cierre de escuelas aunque, si en un centro no hay solicitudes, “tendrá que cerrar”. Este es uno de los puntos que se firmó en el acuerdo con los municipios en el que se estableció también que las ratios en centros de alta complejidad serían de 22 alumnos en P3 (una medida ampliada a P4) y de 27 en 1.º de ESO. Entre los criterios del acuerdo firmado con las entidades municipalistas hay que añadir el reparto en-
tre los centros de los alumnos con necesidades educativas especiales.
Pese al discurso instalado sobre la concertada, las perspectivas para el próximo curso no inquietan a la patronal ya que este año no se produce una caída de la población infantil como sucedió el curso pasado y como previsiblemente sucederá en próximos años. Por tanto, con la estabilidad demográfica se confía en cierta continuidad. “Aunque no lo veremos hasta después de la preinscripción”, señaló Blancher.
El Departament d’Ensenyament ofrecerá para los nuevos alumnos de tres años que se integran en el sistema casi 5.000 plazas escolares más. Esto significa una oferta inicial de 3.154 aulas, 99 más en comparación con la oferta inicial de marzo del 2016. Se crean 101 y se cierran dos, en Collbató y Sant Vicenç de Castellet, para evitar el cierre de algún proyecto educativo, tal como justificó el director general de Centros Educativos, Lluís Baulenas.
La población escolar que empezará la secundaria el próximo septiembre crece en 840 alumnos, según datos del padrón, una tendencia al alza que se mantendrá los próximos dos cursos llegando al curso 2019-2020 al punto más álgido pero que empezará a caer a partir de entonces. Para este curso se han previsto 83.502 plazas que tienen que cubrir las necesidades de 81.548 alumnos, casi 2.000 pla- zas más previstas por padrón. Por eso, se han establecido 2.818 grupos, 94 más que los ofrecidos el año pasado, 1.851 en centros públicos y 967 en centros concertados.
La consellera destacó que esta amplia oferta inicial da “más oportunidades a las familias”. Indicó asimismo que se ha abierto un proceso más justo en las listas de espera y de mayor transparencia. Respecto a las listas de espera indicó que si hasta ahora un alumno no entraba a sus primeras opciones y, por ejemplo, acababa matriculado a la tercera o a la cuarta preferencia, su preinscripción sólo era válida por mantenerse en la lista de espera de la primera opción. A partir de este año, en cambio, se amplía y formará parte de todas las listas de espera, de manera que habrá más posibilidades de recolocarse una vez se publiquen las vacantes.
Con respecto a la transparencia, cada centro tendrá que publicar la lista de nuevos alumnos e informar de las plazas libres que han quedado.
La consellera anunció cambios en las listas de espera y en la transparencia del proceso de admisión