Dos jueces dan la razón a Bankia frente a sicavs por la salida a bolsa
Un juzgado de Madrid y uno de Barcelona han dado la razón a Bankia frente a varias sicavs que demandaron por la salida a bolsa de la entidad en julio del 2011, en un caso porque la acción estaba prescrita y en el otro porque los demandantes eran inversores cualificados con posibilidad de tener acceso a detalles sobre la situación concreta del banco más allá del folleto informativo de la operación.
La sentencia más llamativa, la del juzgado de primera instancia número 30 de Barcelona, desestima la demanda interpuesta por tres sociedades que compraron acciones en la operación pública de suscripción (OPS) y las vendieron un año después al conocerse los problemas financieros de la entidad. Tras dejar sentado que los datos económico-financieros publicitados por una entidad que da el salto al parquet han de ser “reales, veraces, objetivos y actualizados”, el juez recuerda la jurisprudencia del Tribunal Supremo que señala que la deficiente información “es susceptible de inducir a error a los pequeños clientes que decidieron invertir su dinero en estas acciones”.
Sin embargo, la sala ha decidido no estimar la demanda de las sicavs en primer lugar porque, antes de presentarla, vendieron las acciones compradas en la OPS. “Con ello quedó invalidado cualquier error que pudiese haber habido en la fecha de contratación”, precisa.
Insiste además en que las demandantes eran “tres sociedades mercantiles cuyo objeto social es la compraventa y arrendamiento de bienes inmuebles, así como la compra, suscripción, tenencia, permuta y venta de valores mobiliarios nacionales y extranjeros, con excepción de las actividades reservadas a las instituciones de inversión colectiva”. Por ello, destaca que “cabría entender que la operación (de compra de acciones en la salida a bolsa) no respondería a una mera finalidad de obtención de lucro, sino que incluso cabría encuadrar esta actuación especulativa dentro del propio objeto social de las entidades”.
El juez hace hincapié en que los inversores cualificados disponen de medios “más avanzados” para interpretar los datos que aparecen en el folleto informativo de la salida a Bolsa y para obtener información sobre la solvencia de la entidad emisora “más allá de la que figura en el mismo”.