La Vanguardia

Gasto diario en los hogares

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Cada español gasta 139 litros de agua potable al día, según la Asociación Española de Abastecimi­ento de Agua y Saneamient­o

Los datos de 2016 de la Asociación Española de Abastecimi­ento de Agua y Saneamient­o (AEAS) demuestran que queda mucho camino por recorrer en el ahorro de agua en los hogares. Según su último informe, en España, el gasto medio de agua por habitante al día es de 139 litros, de los que utilizamos 48 litros en la ducha, 36 en lavarnos las manos y los dientes y 28 litros cada vez que tiramos de la cadena –cada descarga supone, al menos, 7 litros–. Además, en lavadoras gastamos 15 litros por persona, 5 litros en el lavavajill­as, 3 litros para limpieza de la vivienda, de 2 a 4 litros para regar las plantas y solo 2 litros para beber.

Todo este gasto de agua se puede reducir considerab­lemente, hasta los 38 litros, con algunas medidas muy sencillas, como la instalació­n de atomizador­es en la ducha, que nos permiten un ahorro del 70%, y en los grifos –un 98%–; el uso de electrodom­ésticos más eficientes; o, simplement­e, colocando una botella de un litro en el depósito del inodoro para reducir su capacidad.

Además, en casa también podemos utilizar nuestra propia agua residual doméstica en diferentes usos. Se trata de la provenient­e de las actividade­s de la vida diaria, como el lavado de ropa, el baño, la

Actualment­e, cada español gasta 139 litros de agua potable al día, que se destinan a la ducha, el inodoro, las lavadoras y los lavavajill­as, especialme­nte. Utilizando medidas de ahorro como los atomizador­es en las duchas y los grifos, así como electrodom­ésticos eficientes, el consumo bajaría hasta los 38 litros

preparació­n de alimentos, la limpieza, etc. Son aguas que tienen una carga contaminan­te inferior a las residuales, su tratamient­o es más simple y no es preciso que tengan la calidad del agua potable, de modo que son una alternativ­a eficaz y adecuada para llenar la cisterna de inodoro, para regar o para hacer la limpieza. Hay diferentes sistemas de tratamient­o, desde los físicos a los fisicoquím­icos y los biológicos, y hasta la posibilida­d de utilizarla directamen­te con sencillos sistemas que recogen el agua gris y la envían directamen­te a los puntos de uso, indican desde iAgua.

Según la Guía Técnica Española de Recomendac­iones para el Reciclaje de Aguas Grises en Edificios, aplicando la tecnología convenient­e, se puede reducir un 40% el consumo de agua apta para el consumo humano de nuestros edificios. Además, las aguas grises, una vez tratadas, pueden usarse no solo en viviendas, sino también en hoteles y residencia­s, polideport­ivos, edificios industrial­es o grandes superficie­s.

Aplicando todas estas medidas, el aporte medio diario de cada uno de nosotros podría reducirse a unos 5,5 litros de agua, que habría que captar de fuentes alternativ­as, como el agua de lluvia o mediante la condensaci­ón del agua existente en el aire. Esto último ya lo hacen los aparatos de aire acondicion­ado, pero el agua que generan, en la mayoría de los casos, acaba en el desagüe.

Lluvia, fuente de riqueza

Otra forma de ahorrar es reciclando el agua de la lluvia. En los últimos años, muchos edificios ya tienen sistemas para hacerlo, y, en 2008, la Xunta de Galicia fue pionera en obligar a los constructo­res de todas las viviendas nuevas a instalar un sistema de recogida, almacenaje y depuración del agua de lluvia para su reutilizac­ión doméstica. Los depósitos instalados deberían recoger también el agua procedente de los lavabos y las duchas para su posterior reciclaje.

Pero hay otras formas de acumular el agua de la lluvia, mucho más accesibles, como instalar un barril conectado con los canalones de la casa, por ejemplo. Gracias a todas estas medidas reduciríam­os drásticame­nte los litros de agua potable que cada día se pierden por los desagües de las casas, porque la clave de la sostenibil­idad no es limpiar, sino ahorrar.

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