El agua residual depurada ya se usa para consumo humano en algunos países
Zonas con un grave estréshíd rico o que han sufrido se veras sequías en los últimos años ya utilizan este tipo de agua, que, conveniente mente tratada, es de vuelta al sistema
Las nuevas tecnologías ya permiten más usos del agua residual depurada. El mes de diciembre pasado, se anunciaba que Barcelona ampliaría la garantía de suministro ante la amenaza de una sequía, reforzando su sistema de abastecimiento. Y lo hará aprovechando los caudales tratados en la planta de aguas residuales de El Prat –inaugurada en 2008–, que serán reutilizados indirectamente para el consumo humano.
De esta forma, una vez regenerados, los caudales se impulsarán con bombas para remontar el río, serán vertidos a la altura de Molins de Rei y podrán ser captados y potabilizados en la planta de Sant Joan Despí. Los nuevos recursos servirán, sobre todo, para afrontar las situaciones de sequía, que se repiten con asiduidad en la región de Barcelona. La estación solo trabajará a pleno rendimiento en casos de sequía, y, en condiciones normales, trabajará al 10% o el 20% de su capacidad máxima.
Barcelona se apunta así a un gran número de ciudades que reutilizan el agua residual, convenientemente tratada, aunque este es un hecho evidente en la mayoría de las cuencas: el agua es captada, tratada y consumida, convirtiéndose en agua residual, que regresa al río una vez tratada y que se capta de nuevo río abajo para ser tratada otra vez... La diferencia en este caso es que se somete a más tratamientos para mejorar su calidad.
Uso restringido
La utilización directa del agua residual reciclada –que no es el caso de El Prat, porque esta vuelve al curso del río y se trata de nuevo– está restringida a algunos usos en España, y, de hecho, hay una legislación sobre reutilización de aguas residuales desde 2007 que prohíbe específicamente el uso de estas aguas para consumo humano. Sin embargo, hay muchas zonas del mundo que sufren un grave estrés hídrico y que sí la utilizan para el consumo humano. Es el caso de Singapur, Windhoek (Namibia) y el estado de California (EE. UU.).
Singapur, con más de cinco millones de habitantes, dispone desde el año 2000 de un sistema específico de tuberías que recoge el agua residual de las viviendas y la lleva a las plantas de depuración, donde es tratada y, posteriormente, inyectada a los acuíferos para volver al circuito, informan desde la Fundación Conama.
También en Windhoek, la capital de Namibia, al menos el 25% del agua que beben los vecinos ha pasado previamente por sus casas. Y, actualmente, el estado de California, después de la grave sequía que ha sufrido en los últimos años, está considerando aprobar que el agua residual depurada pueda ser embotellada para consumo de boca.
Tabú para la sociedad
En una de las sesiones técnicas que se celebró en la 13.ª edición del foro de Conama, realizado en Madrid el pasado diciembre, los asistentes coincidieron en que el problema principal para extender este aprovechamiento a más países es que se trata de un tabú para la población. Pero también vaticinan que los escenarios futuros sobre disponibilidad de agua, a causa del crecimiento de la población mundial y el cambio climático, harán necesario un replanteamiento de estos prejuicios.
Solo el 1% del agua dulce del planeta está disponible, bien almacenada en el suelo, bien en lagos, ríos y arroyos, y la Unión Europea quiere fomentar la utilización de este recurso de la forma más eficiente. Actualmente ya prepara una normativa para fomentar su reutilización y determinar las condiciones mínimas que deberá cumplir el agua reciclada para uso agrícola y de recarga de acuíferos.