La Vanguardia

Sting, ‘Englishman in Barcelona’

El británico inició en el Sant Jordi Club el tramo europeo del ‘57th & 9th Tour’

- Esteban Linés Barcelona

Sting retomó anoche su idilio con Barcelona, estrenando la gira europea de su reciente álbum 57th & 9th con una velada intensa, emotiva y en perfecta conexión con su incondicio­nal afición. Apareció a las ocho de la tarde armado con guitarra acústica, juvenil, sin barba, y cantó con su inconfundi­ble voz Heading south on the Great North Road, pertenecie­nte a su citado último disco. Al final del tema apareció su hijo Joe Sumner, que le hizo alguna voz, y allí se quedó como primer telonero. El padre se retiró para no reaparecer hasta una hora después.

Más de 36 años después de su primera actuación en Barcelona como miembro de Police (en la Monumental, unos meses más tarde de su estreno absoluto en el pabellón del Joventut de Badalona), Sting regresaba a la capital catalana con un traje que recordaba al de sus inicios, en solitario pero en formato de grupo rockero y con una actitud de conexión directa, eléctrica y guitarrera con su público. Lo hizo en un Sant Jordi Club que estaba atestado de una afición expectante y feliz, mayoritari­amente integrada por cuarentañe­ros en adelante.

La predisposi­ción escénica y sonora de este proyecto de Sting es muy encomiable. Después de sus pasados ejercicios estéticos de variado tipo y más bien discreta acogida, parece que desde hace un par de temporadas vuelve a un código más cercano a sus orígenes musicales, en donde las prioridade­s son la música y la eficacia.

A partir de estas premisas, y arropado por una pareja de virtuosos y fundamenta­les guitarras (Dominic Miller y su hijo Rufus) como mascarón de proa, Sting repasó con ganas un amplio cancionero repartido en dos bloques principale­s, es decir, los grandes hits de Police y lo más granado de su disco de motivación de gira, y uno más reducido conteniend­o algunas pequeñas gemas de su producción en solitario.

La presencia de los dos teloneros, pese a que tuvo lugar cuando el público aún estaba llegando al Sant Jordi pequeño fue interesant­e pero breve, comenzando por Joe Sumner, hijo de Sting y el proteínico grupo Last Bandoleros. Luego se sumaron –eficaz acordeón

incluido– como apoyo el resto de la velada. La magia se instaló, como ocurre cuando Sting se encuentra en sintonía, cuando arrancó la noche propiament­e dicha con la vibrante interpreta­ción de la muy afilada Synchronic­ity II, una pieza de contornos sombríos que habla de la disfuncion­abilidad social, y

que empalmó con Spirits in the material world, también de la cosecha policial, y

Englishman in New York, incluido en su

glorioso álbum Nothing lik the sun. Al acabar I can’t stop thinking about

you presentó a su banda y a partir de allí se zambulló en material propio de antes y de ahora con las guitarras, espléndida iluminació­n y una entrega somera y contundent­e como armas de convicción masiva. La parte final de la velada regresó a repertorio brillante de Police, aunque uno de los momentos más intensos fue cuando padre e hijo se juntaron para unir voces y espíritus en su particular versión de homenaje del Ashes to

ashes de David Bowie, que fundieron con uno de los cortes de su último álbum, 50,000 escrito en memoria del propio Bowie, de Prince y del motörhead Lemmy. Hacia el tramo final no pudo faltar

Roxanne (qué canción tan perfecta, que anoche engarzó con el Ain’t no sunshine de Whiters) y como regalos, otras maravillas como Every breath you take y, sobre todo, ver a un Sting en tan sobresalie­nte estado de forma.

 ??  ??
 ?? ÀLEX GARCIA ?? Sting agradeció la entrega del público con un repaso de sus grandes éxitos en solitario y con Police
ÀLEX GARCIA Sting agradeció la entrega del público con un repaso de sus grandes éxitos en solitario y con Police
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain