Cargos sin consenso
Los magistrados, divididos en dos sectores, no logran un pacto
El pleno del Tribunal Constitucional, dividido, otorgará hoy la presidencia a Juan José González Rivas y la vicepresidencia a Encarna Roca.
El tándem tendrá los ocho votos de los jueces conservadores, y los cuatro progresistas se abstendrán
Como decía el clásico, no pudo ser. Por tanto, no ha habido pacto. El Tribunal Constitucional (TC) celebra hoy un pleno para elegir a sus nuevos presidente y vicepresidente. Según todos los indicios, la presidencia quedará en manos de Juan José González Rivas y la vicepresidencia en las de Encarna Roca. Este tándem supone que no ha habido pacto entre conservadores y progresistas. En consecuencia, lo previsible es que González Rivas y Roca sean elegidos sin unanimidad por el sector mayoritario, con ocho votos de los doce posibles.
No es un drama, porque ni mucho menos es la primera vez que pasa. Pero sí responde a una determinada situación y la retrata. El sector progresista, compuesto ahora por cuatro magistrados, se inclinará por la abstención en las votaciones en las que serán elegidos los dos candidatos mencionados. Dicho sector se interesó hasta el último minuto por contar con uno de sus miembros como vicepresidente. Pero el bloque conservador respondió sin fisuras. Frente a la propuesta de la minoría de contar con el catedrático de Derecho del Trabajo Fernando Valdés Dal-Ré como vicepresidente, la mayoría contestó con la candidatura de la catedrática catalana de Derecho Civil Encarna Roca.
Las respectivas especialidades, sin embargo, no son lo más determinante en este caso. Valdés ha sido punta de lanza de los progresistas en más de un debate en el Constitucional. Esta era la especialidad del hasta hace una semana presidente de la institución, Francisco Pérez de los Cobos. Todo ello le ha producido a Valdés algún desgaste, porque el bloque conservador estuvo en todo momento detrás del anterior presidente en su defensa, por ejemplo, de la reforma laboral, una materia a la que el Gobierno siempre le dio la mayor importancia.
En un último intento, el bloque progresista ofreció ayer al sector conservador el apoyo al candidato a presidente, que así saldría por unanimidad, si en contrapartida obtenía el correspondiente respaldo para Valdés como vicepresidente, que de este modo también quedaría refrendado por todos. Pero el grupo mayoritario prefiere que salga elegido el mencionado tándem, aunque sea sin unanimidad y con ocho de los doce votos en juego.
Su tesis es que Encarna Roca colma muchas expectativas, porque se trata de una jurista catalana. Dicho bloque considera que este sustantivo y este adjetivo implican muchas cosas. Como jurista –afirman– Roca aporta una trayectoria de prestigio y como catalana permite lanzar un mensaje de receptividad hacia las instituciones de Catalunya, porque llegó al Constitucional con un amplio apoyo del Parlament y el aval particular de PSC y CiU.
Ciertamente, Encarna Roca ha votado luego todas las resoluciones del TC frente a las iniciativas soberanistas. Pero tal ha sido el sentido del voto de todos los magistrados, ya que dichas sentencias se resolvieron por unanimidad. El bloque mayoritario, en suma, no considera a Roca de su sector, pero sí una colaboradora leal. Al proponerla, dicho grupo cree dar signos de apertura. El Gobierno, a su vez, observa complacido el resultado. Actuando de acuerdo con el PSOE, el Ejecutivo ha jugado fuerte para que se alcanzara esta solución. El mayor perjudicado ha sido el magistrado Andrés Ollero, que ha pagado caros sus 17 años de dedicación a la política como diputado del PP. Gobierno y PSOE acabaron cerrándole el paso a la presidencia para evitar que su elección alimentara nuevas polémicas sobre la renovación del TC.