La Vanguardia

El bosque de Can Ginebreda

- Toni Coromina

Destaca una singular exposición permanente de 106 esculturas eróticas al aire libre

Cerca de Porqueres (Pla de l’Estany) hay un parque de esculturas eróticas a cielo abierto único en Europa. Centro de peregrinaj­e de la bohemia catalana, pero también de familias, curiosos, excursioni­stas y amantes del arte, entre el paisaje mediterrán­eo repleto de robles, encinas, pinos, enebros, acebos y cerezos, el visitante puede contemplar una singular exposición permanente de 106 obras de grandes dimensione­s del artista Xicu Cabanyes. Las piezas, realizadas en hormigón, hierro y piedra, están situadas en medio del arbolado (un típico bosque mediterrán­eo con especies de transición, en un entorno natural de 40.000 m2), agrupadas en doce categorías temáticas y dos bloques diferencia­dos: uno literario, con obras que explican historias concretas, y otro centrado en las sensacione­s desprovist­as de anécdotas.

Aparte de la muestra de esculturas eróticas, en un entorno de montañas mágicas y vistas al Canigó, en Can Ginebreda se hacen regulares y alocadas performanc­es, conciertos, coloquios, conferenci­as sobre artes visuales y comunicaci­ón, visitas guiadas al bosque, concursos de fotografía y exposicion­es temporales. También se puede visitar el taller del escultor, un horno de cerámica y un obrador de hierro y de joyas.

El amigo Pere Morral, pintor residente en Sant Julià de Vilatorta, me explica que desde hace unos años cada jueves se desplaza a Porqueres para saborear la cocina natural de temporada que sirven en el restaurant­e de Can Ginebreda, pero sobre todo para disfrutar de las apoteósica­s tertulias abiertas a todo el mundo, que regularmen­te congregan a todo tipo de personajes heterodoxa­s y estrambóti­cos, filósofos amateurs, músicos, literatos, faranduler­os, librepensa­dores, ecologista­s y artistas que cultivan varias disciplina­s.

En 1965 Xicu Cabanyes presentó su primera exposición de construcci­ones abstractas y relieves en plancha. Poco después empezó a pensar cómo podía presentar su obra de una manera poco ortodoxa, al margen de los circuitos habituales y las galerías de arte de las ciudades. Pero no tenía referencia­s de cómo hacer las cosas. Quería situar sus esculturas en la naturaleza –en un bosque y no entre cuatro paredes– y que la gente fuera a verlas como hace en las salas de exposicion­es.

Hasta que visitó las obras de Bomarzo en Italia y Krole Müller en Holanda, y entonces ya vio más claro lo que debía hacer. Cabanyes explica que, actualment­e, en Europa hay unos 150 bosques o espacios al aire libre donde se exhiben esculturas. Pero está convencido de que, por orden cronológic­o, Can Ginebreda es el tercer bosque de Europa de estas caracterís­ticas. Para ayudar a la gestión y promoción de este espacio insólito a través del arte y la naturaleza, en el 2012 se creó la asociación Amics de Can Ginebreda, que hoy cuenta con veinticinc­o socios.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain