Dos sueños en uno
El Barça pelea por su primera semifinal en Suecia, paraíso del fútbol femenino
El partido de esta tarde (19 horas) entre el Rosengard y el Barcelona, ida de los cuartos de la Champions League femenina, tiene su bufanda oficial. Mitad azul, mitad roja. Se venderá en los aledaños del estadio Malmö IP, con capacidad para 7.500 espectadores, y costará 199 coronas suecas, unos 21 euros. Más los 14 de la entrada. Es sólo una muestra de lo que mueve el fútbol de mujeres en Suecia, donde de cada 100 licencias del deporte rey, veinte son femeninas.
El país nórdico fue y es el paraíso. Allí la profesionalización de las mujeres en el fútbol empezó hace quince años. Así que a nadie le puede extrañar que el Umea ganase dos de las primeras tres Copas de Europa a principios de los 2000 igual que el Madrid, fundador del torneo masculino, se adjudicó las cinco primeras ediciones.
A Suecia llegó ayer el Barça de Xavi Llorens para pelear por alcanzar por primera vez las semifinales de la Champions femenina ya que el año pasado contra el PSG y en el 2014 frente al Wolfsburgo ya se quedaron a las puertas de las cuatro mejores. Para las futbolistas blaugrana son dos sueños en uno. El primero es ese, el deportivo. El segundo, aunque ellas desde la temporada pasada ya son profesionales, es que Suecia encarna el ideal a perseguir en términos de igualdad, competitividad –los 12 equipos de la Damallsvenskan son profesionales y sólo cuatro (Göteborg, Hammarby, Djurgardens y Örebro) tienen matriz masculina– y hasta en cobertura mediática.
“Aquí no hay diarios deportivos, pero cuando la selección femenina juega la Euro, el Mundial o los Juegos Olímpicos es portada de los suplementos de los diarios de información general”, explica a La Vanguardia la periodista de TV4 Anna Brolin. “De hecho, en el canal de televisión el programa más visto de la historia sigue siendo la final del Mundial femenino de 2003 que Suecia perdió por gol de oro contra Alemania”, descubre Brolin sobre las audiencias.
Pese a ser un país pionero y un referente, Suecia no ha vuelto a ganar la máxima competición continental. Desde el 2004, los conjuntos suecos han perdido hasta cuatro finales. Para acabar con esa rareza nació el Rosengard, club de Malmö que toma el nombre del barrio donde nació Zlatan Ibrahimovic. “Es el mejor equipo del país aunque el año pasado el Linköping le sorprendió en la liga”, apunta Brolin.
Su plantilla cuenta con internacionales de Nueva Zelanda, Inglaterra, Estados Unidos, Dinamarca, Holanda o Croacia. De la selección sueca destacan la portera Musovic –que sólo ha encajado un gol en el torneo–, la defensa y capitana Emma Berglund y la delantera Lotte Schelin, que a los 33 años regresó a su país para transmitir su experiencia tras ganar tres Champions en el Olympique de Lyon.
Pero, sin duda, la estrella es Marta Vieira, cinco veces mejor futbolista del mundo que cobra alrededor de 150.000 euros por curso. “Me gustó que nos tocase el Barça porque tiene la fuerza del equipo masculino y llama la atención. Espero que eso haga que mucha gente venga al campo”, desea sobre el cruce. Las barcelonistas se miden hoy a un mito viviente. “Marta es la mejor del mundo, es mi ídolo. Igual que Messi representa el fútbol masculino, ella representa el femenino. Eso es incuestionable”, dice su compatriota Andressa Alves.
Porque en su afán de llegar más lejos y optar algún día al título, el Barça también se ha internacionalizado con la llegada de la citada Alves, la danesa Roddik Hansen y repatriando a Vicky Losada del Arsenal. El equipo de Xavi Llorens ha ganado sus cuatro partidos, marcando 10 goles, y cuenta con la ventaja que el Rosengard no empieza la Liga hasta dentro de un mes –sí que ha jugado dos partidos de copa–. El calendario juega a favor de los sueños del Barça.
UN ESPEJO EN EL QUE MIRARSE La final del Mundial del 2003 tiene el récord en una tele sueca y los 12 clubs de la liga son profesionales