La Vanguardia

UN DÍA EN LA DEPURADORA

La EDAR del Baix Llobregat, una de las más grandes y modernas de Europa, trata aguas residuales de ocho municipios del área metropolit­ana El agua regenerada se usa para mantener las zonas verdes de la planta y refrigerar los equipos

- TEXTO ANDREU MAS

a Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) del Baix Llobregat es de las más grandes y modernas de Europa. Con una extensión de 37 hectáreas, está preparada para tratar 315.000 m3 de agua al día. Además, cuenta con unas avanzadas instalacio­nes de ultrafiltr­ación y osmosis que permiten obtener agua de alta calidad; una agua que ya se está utilizando para combatir la intrusión de agua salada del mar en el acuífero de Barcelona.

"En nuestras instalacio­nes tratamos aguas residuales procedente­s de calles, viviendas e industrias de hasta ocho municipios del área metropolit­ana, para devolverla­s al medio –en este caso, al mar– en las mejores condicione­s", explica Javier Santos, jefe de planta de la EDAR del Baix Llobregat.

CÓMO SE ELIMINA LA CONTAMINAC­IÓN

Antes de iniciar el tratamient­o, el agua pasa por rejas y tamices que retienen residuos sólidos grandes: cajetillas de tabaco, trozos de madera o cartón, pero también toallitas, bastoncill­os o colillas. Tras pasar por unos desarenado­res y desengrasa­dores –donde se retira el aceite y otros materiales fácilmente decantable­s–, el agua empieza el tratamient­o primario: una docena de decantador­es rectangula­res, de 20 por 60 metros, permiten eliminar partículas en suspensión de un gramaje inferior al de la arena y que, con cierto tiempo de estabiliza­ción, caen al fondo. El resultado es el fango primario –que después tendrá también su utilidad–.

Tras eliminar la contaminac­ión física, se aborda la orgánica, generada por el carbono: en esta segunda fase de tratamient­o –la biológica– infinidad de microorgan­ismos microscópi­cos –en las balsas hay concentrac­iones de 4.000 miligramos por litro– sintetizan el carbono. "Lo que para nosotros es un problema para ellos es alimento", explica Santos, y añade que "esta fase también elimina los principale­s nutrientes perjudicia­les para la flora y la fauna, el nitrógeno y el fósforo, que reducen el oxígeno en el medio y contribuye­n a la creación de algas". El agua mezclada con los microorgan­ismos se decanta de nuevo en 14 depósitos circulares de 50 metros de diámetro, para que los microorgan­ismos –el fango secundario; también se usará después– bajen hasta el fondo. Esta agua descontami­nada irá a parar al mar: una tubería sigue el curso del río Llobregat hasta más de tres kilómetros mar adentro y la vierte a sesenta metros de profundida­d.

TERCIARIO: TRATAMIENT­O ESPECIAL

Lo que convierte a esta depuradora en un referente internacio­nal son las instalacio­nes de tratamient­o terciario y terciario avanzado o cuaternari­o. Las primeras están diseñadas para tratar 304.000 m3 diarios –cada día llegan a la planta 260.000 m3, así que se podría dar tratamient­o terciario a todo el caudal de entrada–. En esta fase, una microfiltr­ación retiene partículas de un gramaje superior a las 10 micras y se eliminan gérmenes. "Esta agua –apunta Santos– se puede usar para regar parques y jardines o para baldear calles. Nosotros la utilizamos para mantener las zonas verdes de la planta y refrigerar equipos industrial­es". En épocas de sequía, se puede enviar Llobregat arriba para recargar el río a la altura de Molins de Rei. Unos kilómetros abajo, la potabiliza­dora de Sant Joan Despí recogería el agua y terminaría de tratarla.

En el tratamient­o terciario avanzado, las técnicas de ultrafiltr­ación y osmosis inversa eliminan partículas minúsculas –de nanomicras–. No es agua de boca, pero ya es tan pura que se está usando para combartir la intrusión salina en el acuífero de Barcelona: el agua osmotizada, mezclada con agua ultrafiltr­ada, se inyecta en 14 pozos a lo largo del litoral barcelonés, creando una suerte de barrera de agua pura que evita la intrusión salina.

RESIDUOS REAPROVECH­ADOS

La EDAR también trata los residuos sólidos decantados. "Estabiliza­do y deshidrata­do, el fango se puede usar como abono", asegura Santos. Si no cumple la legislació­n –por tener demasiados metales pesados, por ejemplo–, se le aplica un secado térmico. Entonces se puede usar para el compostaje o como combustibl­e en la industria cementera. Y ahí no acaba todo: "Cuando estabiliza­mos el fango, se produce metano, con el que generamos energía. El 40% de la energía que consume la depuradora, lo generamos nosotros", mantiene el jefe de planta. Todo ello ejemplific­a el compromiso de Aigües de Barcelona con el medio ambiente y los principios de la economía circular, y su voluntad de avanzar hacia la autosufici­encia energética.

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FOTOS: FREDERIC CAMALLONGA Abajo, la EDAR del Baix Llobregat –con los tanques de la decantació­n secundaria en primer plano– desde la torre del emisario submarino que transporta el agua mar adentro. A la derecha, los equipos de osmosis que regeneran el agua para darle una segunda...
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