La conciencia moral de la izquierda francesa
HENRI EMMANUELLI (1945-2017) Expresidente de la Asamblea Nacional y ex primer secretario del PS
Henri Emmanuelli era un hombre íntegro. Socialista de corazón, de razón y de acción, jamás cedió ante sus ideas y con sus principios”.
Así lamentaba el presidente François Hollande la muerte de este histórico dirigente del Partido Socialista (PS) francés. Expresidente de la Asamblea Nacional, exsecretario de Estado y exprimer secretario del PS, Emmanuelli, con la voz ronca por haber fumado toda su vida y una fuerte personalidad, murió este martes a los 71 años después de luchar durante años contra una dura enfermedad neurodegenerativa.
Con su partida el candidato socialista a las presidenciales, Benoît Hamon, pierde a uno de sus más importantes respaldos en el debilitado espectro de la izquierda francesa. El sorprendente vencedor de las primarias, cuarto en los sondeos, es un heredero del ala más izquierdista del partido que representaba Emmanuelli. “Ha tenido un rol extremadamente importante para mí, para lo que soy. Le debo mucho, era más mayor que yo pero era como un hermano para mí, una alma gemela”, dijo Hamon a Le Monde. Durante su discurso de campaña el domingo en Bercy, el candidato le nombró entre las grandes figuras con las que se quiere identificar.
Para Emmanuelli, conciencia moral del PS, las políticas económicas de Hollande y Manuel Valls habían hundido al partido “en un coma profundo”.
Nacido en el seno de una familia de origen corso en el Pirineo francés, Emmanuelli se afilió al PS por la devoción que le inspiraba François Mitterrand, de quien siempre se consideró un fiel seguidor. Se quedó huérfano pronto. Su padre, un electricista comunista, murió electrocutado sobre un campanario cuando él tenía sólo 11 años; su madre, limpiadora, falleció durante su etapa universitaria. Nació sin un dedo pero eso no le impidió ser un brillante estudiante.
De la escuela de Sciences Po de París pasó a la banca Rothschild, el mismo vivero que décadas después encumbró al favorito para esta campaña, Emmanuel Macron. Dejó el puesto cuando fue elegido diputado con 32 años por la misma circunscripción de las Benoît Hamon pierde a uno de sus más importantes respaldos en el partido: “Era como un hermano” Landas en la que Mitterrand tenía una mansión, en Latche, que él frecuentaba.
Mitterrand le escogió como secretario de Estado en dos ocasiones durante sus primeros gobiernos. Después, en 1992, fue nombrado presidente de la Asamblea Nacional. Seis meses más tarde fue imputado como tesorero del partido por un caso de corrupción, pero no sería hasta 1997 que fue condenado –con suspensión de la pena– a dieciocho meses de prisión y dos años de inhabilitación.
Esta circunstancia no frenó su larga carrera política, que vivió sus años dorados entre 1994 y 1995 como primer secretario del PS tras vencer a Dominique Strauss-Kahn en unas primarias. Su elección representó un golpe de fuerza para los sectores más progresistas pero él, previendo el desgaste en las presidenciales después de 14 años en el Elíseo, quiso que Jacques Delors fuese el candidato para suceder a Mitterrand porque era quien mejor podía encarnar el blairismo que estaba impregnando Europa. Delors no se lanzó y acabó presentándose el mismo Emmanuelli para acabar perdiendo las primarias ante el ex primer ministro Lionel Jospin. Las elecciones las ganó el conservador Jacques Chirac.
Lejos de abandonar sus aspiraciones políticas, Emmanuelli fundó en el 2002 el movimiento Nuevo Mundo de la mano del entonces todavía socialista JeanLuc Mélenchon, que buscaba el retorno a la socialdemocracia clásica. “¡Se nos ha ido el socialismo!”, protestaba Emmanuelli ante las ideas de Strauss-Kahn y Laurent Fabius. Cuando Mélenchon abandona el partido Emmanuelli se unió al exministro Arnaud Montebourg y a Hamon para la fundación de la corriente Nuevo Partido Socialista. En el 2005 fue la cara del partido contra la Constitución Europea.
Emmanuelli se casó en 1967 con Antonia González, hija de un piloto republicano español. Con ella tuvo dos hijos, Antoine y Laetitia. Su hospitalización, el fin de semana en Bayona, le forzó a saltarse la sesión de presupuestos del consejo departamental de Landes, que todavía presidía. Mélenchon, también candidato –en esta ocasión por Francia Insumisa–, quiso echarle poesía: “El mar se ha llevado al peñasco”.