Carrie Lam, nueva jefa del Ejecutivo de Hong Kong
Pekín aplaude la elección y dice que “cumple los estándares”
“Yo también quiero más democracia”, dice la elegida, hasta ahora número dos del Gobierno hongkonés
No hubo sorpresa alguna ayer en Hong Kong en la elección del nuevo jefe del Ejecutivo. Carrie Lam, la candidata respaldada por Pekín, fue elegida por una abrumadora mayoría para dirigir la excolonia británica en los próximos cinco años. Un resultado que las autoridades chinas calificaron de “justo” y precisaron que la nueva mandataria “cumple los estándares” exigidos.
Carrie Lam, de 59 años y hasta enero número dos del anterior Ejecutivo local, obtuvo ayer 777 votos de un colegio de electores de 1.194 miembros representativos de los distintos sectores profesionales de Hong Kong, en su mayoría fieles a Pekín. Fue una victoria esperada la de esta funcionaria, cuya designación política es la culminación de una larga carrera en la administración hongkonesa, iniciada en 1980. Un triunfo que se gestó en la primera de las tres votaciones previstas, al barrer a sus dos oponentes: el exsecretario de Finanzas John Tsang, y el juez jubilado Woo Kwok Hing, que obtuvieron 365 y 21 votos, respectivamente.
Este resultado convierte a Lam en la primera jefa del Ejecutivo de la excolonia y la enfrenta al reto de gobernar una urbe de más de siete millones de personas dividida social y políticamente. Los hongkoneses tienen aún frescas en su memoria las protestas de otoño del 2014, cuando decenas de miles de personas salieron a la calle para reivindicar el sufragio universal, así como la desaparición en el 2015 de cinco libreros, que vendían obras críticas con Pekín, y su reaparición a manos de la policía china.
Esta mujer, casada y madre de dos hijos, se comprometió ayer a cerrar esta brecha social y a defender los intereses de la ciudad frente a Pekín. En sus primeras palabras en el centro de convenciones, donde se votó, dijo que “Hong Kong sufre una división bastante seria y ha acumulado mucha frustración. Mi prioridad será curar esta brecha, aliviar la frustración y unir a nuestra sociedad para avanzar juntos”.
No lo tiene fácil. Sus detractores la ven como una política dispuesta a seguir las directrices de Pekín. “El jefe ejecutivo debe ser un puente entre el Gobierno central y el pueblo de Hong Kong, pero Lam será un puente inclinado. Sólo nos dirá lo que Pekín quiere y no reflejará lo que la gente espera del régimen comunista”, dijo Joshua Wong, uno de los líderes estudiantiles del 2014.
Una percepción que alimentó la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Gobierno chino al declarar que “Lam cumple los estándares establecidos por el Gobierno central, incluidos el de amar el país y Hong Kong, tener nuestra confianza, poseer capacidad para gobernar y gozar del apoyo del pueblo hongkonés”, según un portavoz de dicho organismo citado por Xinhua.
“Por favor, dadme una oportunidad y tiempo”, pidió Lam, quien declaró que “yo también quiero más democracia, pero la ciudad afronta muchos problemas. ¿Por qué no empezamos por los fáciles?”, dijo la futura dirigente, que asumirá su cargo el primero de julio, en una ceremonia en la que también se celebrará el vigésimo aniversario del traspaso de Hong Kong a China. Un evento al que asistirá el presidente Xi Jinping y que se espera que sea un acto de afirmación de Pekín sobre este territorio semiautónomo hasta el 2047, en que pasará a ser una ciudad más de China.