El Salón del Cómic despega en Barcelona
Los aviones y el ‘TBO’ protagonizan desde hoy la gran fiesta de la historieta
La primera imagen al entrar por la plaza del Univers al 35.º Salón Internacional del Cómic de Barcelona es impactante: un caza MiG-15 utilizado en la guerra de Corea, al que sigue unos metros más allá uno de los icónicos helicópteros verdosos de la guerra de Vietnam... convenientemente desarmado. Ambos con mucha historia en su fuselaje.
Son los ejemplares más poderosos de la muestra, pero en la explanada que sirve de entrada al Salón del Cómic hay muchos más ingenios volantes: un Monocoque Hedilla, réplica del que hizo el primer vuelo desde Barcelona a Palma, o una réplica al 75% del tamaño original de un caza republicano Polikarpov, el Chato, que era parte de la ayuda soviética a la República contra la poderosa aviación alemana. Los soviéticos además formaron, dice Carles Santamaria, director del Salón del Cómic, a 800 pilotos españoles en Azerbaiyán. Y al lado de estas aeronaves, viñetas enormemente ampliadas a todo color, y también originales, en muchos de los cuáles aparecen las aeronaves en acción. Es la exposición Cómics en vuelo y es la gran estrella del Salón del Cómic, que abre sus puertas desde hoy y hasta el domingo en el recinto de Barcelona de la plaza Espanya con más espacio y distribuido de forma muy diferente a otras ediciones, con autores invitados de perfil más discreto que en los últimos años –sobre todo desde la caída del mítico Frank Miller del cartel, que finalmente irá a la Heroes Comic Con de Madrid en noviembre– y con una panoplia de muestras de alto nivel repletas de originales, entre las cuales, sin duda, la que más destaca es la dedicada al centenario del
TBO. Pero entre las que también llama la atención –“nos acusan de no hacer exposiciones para el público infantil”, recuerda Santamaria– una muestra sobre el mundo del vaquero Lucky Luke, el perro Rantanplán y los hermanos Dalton, para la que el certamen ha recreado un pequeño pueblo del Oeste en uno de los niveles superiores del palacio número 4.
Un palacio de curiosa distribución que es sin duda una de las novedades de este salón: si hasta el año pasado el certamen utilizaba los palacios 1 y 2 de la Fira de Montjuïc, este año la enorme parte inferior del 2 está ocupada por el desmontaje del Saló de l’Ensenyament. De modo que el del Cómic ha tenido que añadir a su oferta –que crece hasta los 50.000 metros cuadrados, un 10% más que en el 2016– el número 4, un palacio que es como una gran espiral en la que una rampa va con- duciendo a los diferentes niveles, en los cuales se han instalado las numerosas exposiciones y las salas de actos del encuentro.
Al otro lado de la plaza del Univers y los aviones, en el palacio 1, estarán todos los expositores, y en la parte superior del 2, los videojuegos de Nintendo –gran patrocinador del salón–; stands de asociaciones –incluido, claro, el Club Star Trek de España, donde el saludo vulcaniano es muy bienvenido–; los juegos de mesa de Devir; una exposición dedicada al fenómeno Fanhunter de Cels Piñol, y otra en el que el protagonista es... Trump. Retratando a Donald
Trump reúne tiras cómicas procedentes de todo el mundo sobre el magnate reconvertido en defensor de los pobres y presidente de EE.UU. Algunas tan ácidas como un Vladímir Putin con el pecho descubierto y plantando una bandera en la cabeza de Trump que dice: “Territorio ruso anexado”.
Justamente uno de los dibujos pertenece a una de las invitadas al salón de este año, la dibujante de la revista The New Yorker Liza Donnelly, que participará el viernes en una mesa redonda en el Salón sobre el humor gráfico en la era Trump en que participarán Jaume Capdevila (Kap), José Luis Martín, Maribel Carod y Miquel Ferreres. Charlas habrá de todo tipo, tanto sobre la física de los superhéroes como sobre el
bullying en el manga; Barcelona
El salón tendrá 50.000 metros cuadrados, un 10% más que en el 2016, pero distribuidos de forma muy diferente
bajo las bombas; las mujeres, eslabón perdido en el cómic; un homenaje a Víctor Mora, o mesas redondas sobre cómo se hacen obras a cuatro manos. En esta charla participarán varios invitados internacionales, Mary y Bryan Talbot (autores de La niña
de sus ojos y Sufragista) y Matt Kind, que ha creado el cómic
Ether junto a David Rubín. También habrá charlas de las estrellas de más proyección que acuden al salón este año, como Dave Gibbons, el dibujante de una obra seminal como Watchmen junto al genial Alan Moore. Si Gibbons abrirá las charlas del domingo, le seguirá Jill Thompson, que fue dibujante de Wonder Woman y es autora de obras como El libro de cuentos de los pequeños Eternos
(ECC ediciones). Por supuesto, aunque no sea el Salón del Manga, habrá concursos de cosplay y también un espacio infantil.