Piqué desata un terremoto con sus críticas al Madrid
El Barça secunda las acusaciones del defensa contra el Madrid y las relaciones entre los clubs se tensan
A menos de un mes para que el clásico del Bernabeu enfrente al Barça y al Madrid el 23 de abril y en pleno parón por las selecciones, cuando no ocurría nada extraordinario que encrespara a los dos clubs, se produjo un terremoto. Las cargas de profundidad que verbalizó Gerard Piqué en el estadio de Saint-Denis tras el Francia-España, en las que acusó al Madrid de beneficiarse de la influencia de las personalidades que acuden a su palco, han tensionado las relaciones entre las dos entidades. Porque en esta ocasión la directiva blaugrana, al contrario de lo que ocurrió con la polémica arbitral, ha defendido a ultranza a su futbolista y ha secundado sus palabras. “De lo que yo he podido leer y escuchar Gerard Piqué no ha dicho ninguna mentira y el Barça siempre está al lado de la verdad”, se arrancó el vicepresidente primero del club, Jordi Cardoner, que añadió: “La verdad no tiene que abrir conflictos. Lo que he dicho es que, de lo que he escuchado y he entendido, Piqué ha expresado una opinión libre. Estamos a favor de la libertad en este club. Lo ha hecho de forma clara y sin faltar, aunque a veces la claridad puede ofender”.
Todo arrancó en las entrañas del Stade de France. A Piqué le preguntaron si se podía poner en duda el madridismo de Raúl porque no descartó trabajar en el Barça en un futuro y si él podría trabajar en el Madrid dentro de unos años. La respuesta no tuvo desperdicio. “Obviamente no pongo en duda el madridismo de Raúl. Pero yo no trabajaría nunca en el Madrid porque no me gustan los valores que transmite como club ni ver en su palco las personalidades que hay y cómo mueven los hilos en este país”. Ya se había abierto la caja de Pandora y Piqué no se frenó. El defensa aclaró que se refería a “la persona que imputó a Messi y Neymar y casualmente tiene un trato diferente con Cristiano y está en el palco al lado de Florentino. No es algo nuevo, ha pasado siempre”. “¿Te refieres a Marta Silva (antigua abogada general del Estado)?”, le inquirieron. “Exacto”, dijo el central. Posteriormente, y ya en el ámbito de las decisiones arbitrales, Piqué criticó que se ponga en tela de juicio la remontada del Barça ante el PSG y que nadie se acuerde de que el Madrid ganó en la última final de la Champions con un gol en fuera de juego de Sergio Ramos.
Las declaraciones del central barcelonista indignaron al Real Madrid. Tras consultarlo con sus directivos más afines, la primera reacción de Florentino Pérez fue la de anunciar que el club iba a denunciar al central del Barcelona ante los tribunales de justicia. En la zona noble del Bernabeu el enfado iba tanto por acusar al equipo de recibir ayudas arbitrales (“todo se reduce a ir de blanco”, también dijo Piqué) como sobre todo por asegurar que el club se beneficia desde siempre de la influencia política y judicial de los asistentes al palco del Bernabeu, como Marta Silva, abogada del Estado que fue directiva en la primera etapa de Florentino Pérez. Cabe recordar también aquí que si hay una acusación que pone de los nervios al presidente del Real Madrid es precisamente la de acusarle de llenar el palco del
Bernabeu de empresarios con los que hacer negocios. Ante informaciones aparecidas en prensa en dicho sentido el club ha llegado a retirar credenciales y denegar la entrada a algunos medios.
Pasado el calentón de las primeras horas, Florentino consultó el asunto con el servicio jurídico del club y la respuesta fue aconsejarle que desistiera de emprender acciones judiciales contra el jugador catalán por entender que sus declaraciones podían considerarse desafortunadas pero no constituían un ilícito penal. Florentino optó por seguirles el consejo, convencido de que el caso, si finalmente la querella era admitida y se sustanciaba, se dirimiría dentro de muchos meses y en el mejor de los casos acabaría en una pequeña multa económica para el futbolista.
La última discusión en el club hizo referencia a si el Madrid como institución contestaba a Piqué mediante una nota de recriminación a través de su página web oficial. También aquí se sopesaron los pros y los contras y fi-
nalmente se optó por no hacer nada. La idea que prevaleció en este caso fue que entrar al trapo era darle publicidad a Piqué, que no convenía distraer al equipo y que la mejor respuesta posible era ganar el clásico y los títulos aún en juego en esta temporada.
En definitiva, el club blanco da por buena la respuesta que dio en el estadio parisino su capitán, Sergio Ramos: “Lo que diga Piqué no va a cambiar ni los valores de nuestro club, ni nuestro escudo, ni la historia, ni los títulos. En todos los palcos se mueven hilos. Si hacemos un balance general, en este año tienen más que callar que nosotros”.
No sólo el madridismo oficial criticó a Piqué. También lo hicieron los abogados del Estado, como asociación, y el presidente de LaLiga, Javier Tebas, que siempre gusta de estar en todas las salsas. “Considero que Piqué se equivocó, nada más. No creo que sus declaraciones generen violencia, pero sí crispación”, manifestó el mandatario liguero. Vuelve la tensión al clásico.