La Vanguardia

Valls respalda a Macron y abre una gran brecha en el socialismo francés

El ex primer ministro de Francia quiere evitar a toda costa el triunfo de Le Pen

- PARÍS Redacción y agencias

Manuel Valls, ex primer ministro de Francia, ha respaldado la candidatur­a de Emmanuel Macron a la presidenci­a. “Es una cuestión de sentido común –aseguró ayer en una emisora de radio– ante el riesgo de que gane la derecha o la extrema derecha”.

Valls es socialista y Benoit Hamon, candidato del Partido Socialista (PS), no tardó en acusarlo de traidor, de haberle asestado una puñalada trapera.

Macron, por su parte, agradeció el respaldo, pero sin entusiasmo. Dio las gracias, también durante una entrevista radiofónic­a, e inmediatam­ente pasó a reiterar su independen­cia política y su firme voluntad de acabar con las viejas prácticas políticas.

Macron fue ministro de Economía en el Gobierno de Valls (20142016). Dimitió para preparar el asalto al Elíseo al frente de un movimiento que llamó En Marcha. Su centrismo, su política a favor de los negocios y la seguridad, coincide con la de su antiguo jefe, Manuel Valls, y choca con la que defiende Benoit Hamon.

Perder a Valls es un duro revés para Hamon, que va quinto en los sondeos, por detrás incluso de Jean-Luc Mélenchon, líder de Francia Insumisa, un movimiento más la izquierda que el PS.

Hamon ganó las primarias del PS con un programa opuesto al que defendía Valls, que también se presentó. De hecho, llevaba tiempo minando la política del Gobierno Valls, al frente de un grupo de diputados rebeldes, que se hacen llamar

frondistas. Las bases están con él, pero no la estructura del partido. Es más, el PS se ha quedado sin liderazgo. Se tambalea sin una directura ción clara, una crisis que recuerda a la que han atravesado o están atravesand­o otras fuerzas socialdemó­cratas en el Reino Unido (Labour), Italia (Partido Demócrata), Grecia (Pasok) y España (PSOE).

Valls ha preferido ahondar en la crisis del PS, aun a riesgo de una escisión, porque los intereses de Francia y de la UE están en juego. “No creo que debamos correr riesgos con la República –dijo–. Es por eso que votaré a Emmanuel Macron (...). Los intereses de Francia van más allá de las reglas de las primarias”.

Valls asegura que no tiene intención de trabajar para Macron y confiesa que si ha dado el paso de anunciar su voto el 23 de abril, fecha de la primera vuelta de las presidenci­ales, es “por la crisis que atraviesa la izquierda y la marginalid­ad de Hamon”. Otra razón es “el hundimient­o moral” de la candida- de François Fillon, el líder del centrodere­cha.

En toda la Quinta República, es decir, desde que en 1958 los franceses pasaron a elegir a sus presidente­s de forma directa, los dos partidos tradiciona­les, los socialista­s y los conservado­res, se han repartido el Elíseo. Ahora los sondeos indican que van a quedarse fuera.

Macron encabeza el sondeo de Ifop publicado ayer tarde con un 26% de los votos, medio punto por delante de Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional (extrema derecha populista). Más atrás quedan Fillon (17,5%), Mélenchon (14%) y Hamon (10%). En la segunda vuelta, Macron (60%) derrotaría a Le Pen (40%).

Las mismas encuestas anticipan que en la segunda vuelta, el 7 de mayo, Macron vencerá a Le Pen. Valls, sin embargo, no se fía. Considera que el Frente Nacional tiene mucho voto oculto. El precedente de Trump en Estados Unidos obliga a estar vigilantes.

Macron cuenta ya con el apoyo de otros primeros espadas del socialismo, como el ministro de Defensa, Yves Le Drian, y el antiguo alcalde de París Bertrand Delanoë, además de varios secretario­s de Estado.

Su estrategia electoral implica desmarcars­e del Gobierno Valls y la presidenci­a Hollande, así como reiterar que su movimiento no es de izquierdas ni de derechas. Mientras sus rivales, como Fillon, insisten en que es un calco de Hollande (el presidente menos popular de la Quinta República), él insiste en que cuando llegue al Elíseo impondrá otro estilo de hacer política, más transversa­l y pragmático, acometiend­o las reformas que Francia tiene pendientes desde hace décadas, como la reducción del peso del Estado –ahora absorbe el 57% del PIB– y el acceso de los jóvenes al mercado laboral.

Hamon, en caída libre, pidió ayer una alianza a Mélenchon y lo mismo hizo el partido comunista, pero no obtuvo respuesta. Las pocas opciones de Mélenchon implican reclamar para sí solo el territorio de la nueva izquierda.

Le Pen, por su parte, acusará el apoyo de Valls a Macron. No entre la base de su partido, pero sí entre las clases medias indecisas que necesita para ganar.

Le Pen y el exministro empatan en la primera vuelta, y este último gana en la segunda, según los sondeos

 ?? PHILIPPE WOJAZER / AP ?? Emmanuel Macron (izquierda) trabajó a las órdenes de Manuel Valls como ministro de Economía entre el 2014 y el 2016
PHILIPPE WOJAZER / AP Emmanuel Macron (izquierda) trabajó a las órdenes de Manuel Valls como ministro de Economía entre el 2014 y el 2016

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