La Vanguardia

Fachin renuncia a estar en el partido de los comunes

Podemos Catalunya implosiona y queda al borde de la ruptura

- MAITE GUTIÉRREZ Barcelona

La construcci­ón del partido de los comunes se ha convertido en un culebrón de final incierto. Y como en toda telenovela, las pasiones personales tienen un papel relevante. Más del que se supone a un proyecto de esta envergadur­a. El último episodio de este particular serial lo firmó ayer la dirección catalana de Podemos.

El secretario general, Albano Dante Fachin, ha renunciand­o a participar en el partido que impulsan la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, sólo una semana después de haber suscrito un acuerdo para participar en su asamblea fundaciona­l. Anoche anunció que retira su candidatur­a para concurrir en las primarias del 8 de abril. El argumento: que los comunes no están respetando el pacto y perjudican a Podemos, algo que estos niegan.

Detrás del enésimo conflicto subyace una guerra de desgaste, cainita en el caso de Podemos, en el que los odios y las rencillas personales parecen pesar más que el proyecto político conjunto. Comunes y podemitas acordaron el sistema de votación para elegir los cargos directivos del nuevo partido, y se repartiero­n los puestos de la ejecutiva: 24 para los primeros y 8 para Fachin y su equipo. Todos tuvieron que ceder y tragar algunos sapos para salvar la situación. Pero el conflicto se cerró en falso.

La gestión que ha hecho Fachin de la negociació­n ha recrudecid­o la pugna interna en Podemos Catalunya, una fuerza ya de por sí dividida. El sector crítico, centrado en los pablistas y los errejonist­as, desaprueba la conducta de Fachin y ha arremetido con dureza contra su secretario general, al que acusa de manipular a la militancia. Una guerra a la que ha contribuid­o la incapacida­d de Fachin para unificar su partido. Desde que ganó las primarias en junio pasado ha relegado a sus rivales, en los que ha crecido el malestar y la sensación de agravio. Con estos lodos, el fin de semana se gestó una candidatur­a alternativ­a a la de la dirección de Podemos para concurrir en el partido de los comunes. La impulsan la diputada Jéssica Albiach, afín a Íñigo Errejón, y la apoya el senador de En Comú Podem Óscar Guardingo. Ambos perdieron en las primarias de Podemos contra Fachin.

Su lista, que presentaro­n el lunes, tiene el beneplácit­o de los comunes. Miembros del núcleo de Colau han animado a los enemigos de Fachin a dar el paso. El objetivo era mermar la presencia de la dirección de Podemos, afín al sector anticapita­lista, en el nuevo partido.

Fachin ha vivido esto como una “alta traición”. Todo ello le ha impulsado a lanzar este nuevo pulso. Una jugada no aprobada desde la secretaría estatal, que quiere un acuerdo, pero también que Podemos no se fracture en Catalunya. Ayer, tanto el secretario general, Pablo Iglesias, como el secretario de organizaci­ón, Pablo Echenique, intervinie­ron para tratar de reconducir el conflicto. La dirección podemita estuvo reunida todo el día para encontrar una salida.

Mientras los miembros de Podemos se pelean entre ellos y dejan el partido al borde de la ruptura, los comunes lo observan todo desde la barrera.

El sector crítico de la formación morada se desmarca y mantiene su candidatur­a para confluir con Colau

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