El esquí y el ocio van de la mano
Las actividades alternativas relacionadas con la nieve tienen un peso específico
El esquí ha vuelto a popularizarse. El deporte invernal aúna cada fin de semana a esquiadores y acompañantes para disfrutar de la nieve. La segmentación de unas cuidadas actividades deportivas, relacionadas con el entorno blanco, junto a una gastronómica excelente en las pistas, ha ayudado a optimizar la oferta blanca.
Año de nieves, año de bienes. El negocio de la nieve retoma parte de la popularidad que había perdido
ACTIVIDAD Y RELAX
antes de la crisis. Una ligera recuperación económica junto al maná blanco, que ha acompañado todo el invierno, ha sido responsable de ello. Sin obviar el esfuerzo inversor que sostienen cada año las estaciones invernales en lo que a servicios se refiere.
El esquí junto a otras modalidades relacionadas con la nieve van de la mano. Las actividades paralelas comienzan a tomar protagonismo en las pistas. Cabe destacar que las bicicletas de nieve –snowscoot, snow bike o snowtrike– se han hecho un hueco en varias estaciones, incluyendo el alquiler del material. Una actividad que comparte pista en invierno con el esquí, en La Molina, Vallnord o Peyragudes, entre otras tantas.
Sin duda, es la modalidad que toma el relevo en temporada estival. Sylvie Lebail-Neymoz, responsable de prensa y comunicación francesa de Peyragudes, añade que, “junto al alquiler, la estación organiza bajadas con guía por las pistas al cierre de la jornada de esquí, o incluso hasta el mismo valle”.
Xavi Ubeira, director comercial de Baqueira Beret, explica que “la gente sube a la montaña igualmente atraída por el esquí de montaña, las raquetas o el fondo”. Unas modalidades que permiten a los acompañantes disfrutar durante unas horas del elemento blanco.
Ya sea el esquí o cualquier otra actividad, el aficionado dedica igualmente parte de la jornada a relajarse y disfrutar del paisaje. “Los esquiadores madrugan más que antes y con cuatro horas de esquí a tope tienen más que suficiente”, añade Ubeira. La ausencia de colas en los remontes optimiza así el esquí y el snow. “La espera máxima de un telesilla de última generación no supera los seis minutos. Por lo que un esquiador de nivel medio suele hacer una media de 14 bajadas”.
Finalmente, la gastronomía en las pistas ha adquirido un peso específico. No en vano, los restaurantes de altitud se han puesto las pilas y completan una oferta interesante para el aficionado. “Los turistas suelen parar a comer a partir de las 14 horas. Y si antes se iban a los restaurantes del valle, actualmente se quedan en las pistas, incluso para enlazar con el ambiente après-ski en cualquier cafetería”, concluye el director.
Junto al esquí y el snow, el esquí de montaña, el fondo y las raquetas comparten la gastronomía en pistas