Jaume Padrós
PRES. COL·LEGI METGES BARCELONA
El presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Jaume Padrós, describió ayer en el Parlament la precariedad que se extiende y provoca el desánimo en el colectivo médico, que ha afrontado los recortes con responsabilidad.
El 24% de los especialistas, que han tardado diez años en formarse en las universidades y hospitales públicos, está sin trabajo. En el 2006 la cifra era del 11%. El 55% de los médicos sin especialidad que se acaban de inscribir en el Col·legi de Metges de Barcelona (COMB) sólo accede a contratos temporales, 14 puntos más de temporalidad que el año anterior. El 38% de los médicos de entre 45 y 64 años ha perdido el 20% de su capacidad adquisitiva por los recortes de los últimos años. Los jóvenes no han podido perder tanto porque los contratos de menos de un año que acostumbran a tener no dan derecho a la productividad variable, que es la que más han rebajado a los médicos mayores.
Las cifras de la precariedad en el ejercicio de la medicina pública y privada catalana fueron desgranadas ayer en el Parlament por el presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Jaume Padrós, y el vicesecretario Josep Maria Benet, autor del informe sobre precariedad. El PSC primero y luego los demás grupos habían pedido al COMB que los explicaran en la comisión de Salut. Y las cifras siguieron describiendo un panorama que Padrós tachó de cóctel explosivo, una situación de decepción y desconfianza generales que acabará afectando a la calidad asistencial.
Entre los profesionales de menos de 45 años, la mayoría de los cuales son mujeres, más del 62% tiene contratos temporales y de ellos, la mitad son de menos de un año. Y el más frecuente, de menos de seis meses. Abundan los falsos autónomos y los contratos de guardia fast food, los que se convocan de un día para otro y no hay manera de planificar.
El modelo precario de los profesionales de la sanidad está extendido en todos los ámbitos, pero abundan especialmente en la asistencia primaria, entre las médicas (por edad) y en centros del Institut Català de la Salut, donde ha sido habitual encargar la atención de un cupo de población a contratados de lunes a viernes y sólo por las horas de consulta, lo que les impide participar en sesiones clínicas y preparar los informes de sus pacientes. “Aunque tenemos que reconocer que el ICS está haciendo un gran esfuerzo por transformar los contratos más precarios en interinos normales”.
En resumen, resulta “imposible para muchos profesionales la conciliación, la creación de una familia o tener un contrato de alquiler”, les dijo Padrós a los diputados, a los que confiaba en dejar preocupados. Todos los grupos se sumaron a la preocupación, aunque Montserrat Candini, en nombre de JxS, calificó el análisis de perverso por sólo hablar de recortes sin citar que Europa ha obligado a la estabilidad presupuestaria, y por no contar que el año pasado no se aprobó en la cámara el presupuesto. Y, además, “Catalunya necesita nuevos instrumentos para gestionar esta sanidad”, dijo.
Todos admitieron el maltrato a los profesionales, poniendo el acento en lo que les es más próximo a cada cual, pero los profesionales dejaron el Parlament como habían entrado, muy reconocidos y sin nada concreto sobre la mesa para cambiar la situación. Mientras, la rebelión de los ambulatorios va sumando adhesiones –cuentan ya con 21 centros– el COMB recuerda que se está trabajando como hace 30 años y el mundo es muy distinto. “No se puede afrontar el cambio que se ha producido en la sociedad y en el tipo de enfermedad con una organización rígida, burocratizada y sin ninguna capacidad de autogestión”, dijo Padrós.
El Col·legi de Metges explica a los diputados los contratos por días, los sueldos bajos y la desazón generalizada