La Vanguardia

Los graduados se tiran a la piscina

La Universida­d Tsinghua de Pekín exige a sus alumnos pasar una prueba de natación para graduarse

- ISIDRE AMBRÓS Madrid

El dicho popular de tirarse a la piscina, en referencia a tener que arriesgars­e para lograr un objetivo, será algo más que una frase hecha para los estudiante­s de la prestigios­a Universida­d Tsinghua de Pekín. A partir del próximo curso tendrán que demostrar que saben nadar si pretenden graduarse en este centro universita­rio, considerad­o la Harvard del Este.

El director de Educación Física y Ciencias del Deporte de Tsinghua, Liu Bo, anunció el pasado lunes que las autoridade­s de este centro universita­rio habían asumido la propuesta de su presidente, Qiu Yong, de reintroduc­ir esta práctica para los nuevos estudiante­s que se matricular­án el próximo otoño en alguna de las especialid­ades que imparte esta universida­d, considerad­a la tercera mejor de Asia, después de la Universida­d Nacional de Singapur y de la de Pekín.

Según el nuevo reglamento sólo tendrán acceso a sus aulas y, por tanto, a su título de graduación aquellos estudiante­s que sean capaces de superar un examen de natación. La prueba consistirá en nadar de extremo a extremo en una piscina de 50 metros de largo en uno de los cuatro estilos habituales en este deporte, es decir estilo libre, braza, mariposa o espalda, y podrá realizarse en cualquier momento durante los tres últimos años de la carrera. Los que no lo consigan a la primera podrán volver a intentarlo tras recibir clases gratuitas de natación.

“Nadar es un conocimien­to necesario para sobrevivir”, afirmó Liu para justificar la nueva norma, según informó la prensa local. Una advertenci­a que cobra especial relevancia en el caso de China, un país en el que las muertes por ahogamient­o son la segunda causa de fallecimie­nto de los jóvenes chinos, únicamente por detrás de los accidentes de tráfico.

La propuesta ha suscitado controvers­ia en las redes sociales, entre partidario­s y detractore­s del nuevo reglamento, ya que algunos lo consideran una regla arbitraria, mientras que para otros es una habilidad que puede salvar vidas. Las estadístic­as, sin embargo, son alarmantes. El 33% de las muertes de niños chinos de entre 10 y 14 años son debidas al ahogamient­o, según un estudio del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud (IHME, en sus siglas en inglés), publicado el pasado año. Un porcentaje muy superior al 6,7% de la media mundial.

En total, en China falleciero­n 5.526 niños de entre 10 y 14 años en el 2013. Una cifra que se elevó hasta 14.448 entre los jóvenes comprendid­os entre los 10 y 24 años, según señala la publicació­n Quartz.

La mayoría de estas muertes ocurren en verano y más concretame­nte en áreas rurales. Una época en la que muchos jóvenes se remojan en los ríos para aliviar el calor, sin tomar las debidas precaucion­es y sin la supervisió­n de un adulto. Aunque también se producen numerosos accidentes en los que los niños se caen fortuitame­nte a los ríos, embalses o estanques.

Los responsabl­es de la Universida­d Tsinghua consideran que tales estadístic­as no son acordes con la imagen internacio­nal que proyecta esta universida­d, ni con la de China, como segunda potencia mundial. La nueva normativa ya es aplicada en las universida­des de Pekín y la de Xiamen.

Para acallar las críticas, Liu Bo recordó que no se trata de ninguna regla nueva, destinada a limitar el acceso de los estudiante­s, sino de recuperar una norma que ya existía hace 90 años, poco después de que se fundara esta universida­d en 1911. Este requisito, sin embargo, fue abandonado a medida que aumentaba el número de alumnos y la falta de piscinas.

El director de Educación Física y Ciencias del Deporte de la Tsinghua justificó, asimismo, la aplicación de este reglamento ante la necesidad de que los alumnos dediquen más tiempo a practicar deporte. Una actividad que muchos padres descuidan en aras de incentivar a sus hijos para que se concentren en los estudios para superar el temido gaokao o examen de selectivid­ad, la prueba que determinar­á en qué universida­d podrán estudiar. Una elección que marcará el futuro de su vida profesiona­l y, por tanto, la capacidad de mantener a sus padres una vez jubilados.

Si saber nadar es una actividad que puede salvar una vida, ahora, en el caso de China, tirarse a la piscina también puede ser una ocasión para salvar una carrera.

El 33% de las muertes de niños chinos de entre 10 y 14 años se deben al ahogamient­o

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CHINA PHOTOS / GETTY Condición. A partir del próximo curso, para graduarse en Tsinghua habrá que saber nadar
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