La pobreza crónica alcanza al 40% de los más vulnerables
Tener un trabajo no garantiza salir de la miseria: el 36% de los encuestados por Creu Roja cobra entre 300 y 600 euros al mes
Un ERE dejó a José Castillo, de 54 años y con tres hijos, sin trabajo en julio del 2011 y un mes después perdía a su mujer. “Ahora, ya sin paro, vivimos de la paga de viudedad, de la de orfandad de los niños y de la tarjeta para comprar alimentos de Creu Roja”, cuenta Castillo, una de las personas atendidas por esta entidad. Un nuevo estudio de Creu Roja concluye que el 40,6% de los usuarios encuestados, entre ellos Castillo, sufre pobreza crónica, es decir, que la situación de extrema vulnerabilidad se prolonga durante un mínimo de tres años. El informe La cronificación de la
pobreza, elaborado a partir de encuestas a 1.142 personas, constata que en más de la mitad de las familias consultadas ninguno de sus miembros tiene un empleo. Pero uno de los datos más preocupantes,
La mayoría de usuarios de la entidad no cumple los requisitos para cobrar en un futuro la jubilación
según subraya Pilar Millán, responsable técnica del Observatori de Vulnerabilitat de Creu Roja, es que tener un sueldo no garantiza ni mucho menos salir de la miseria. El 32,1% de los encuestados ha conseguido un trabajo, pero más de la tercera parte de este grupo permanece en una situación de pobreza crónica. Sólo el 1,3% de los que han firmado un contrato laboral ingresan más de 1.200 euros al mes, pero el 36% se sitúa entre los 300 y 600 euros.
El 45% de los parados perdieron el trabajo hace más de dos años. José Castillo, una de las personas que han ofrecido su testimonio, suma ya seis años sin un salario. “Mi último empleo fue en una fundición de Sabadell, donde vivo con mi hija de quince años y los gemelos, de 10. Antes había estado en otras empresas y actualmente no tengo nada fijo, pero hago cosas esporádicas, de pintura, fontanería, albañil...”, explica. Como en el caso de tantas otras familias monoparentales con menores es complicado compaginar una jornada laboral con el cuidado de niños pequeños.
La pobreza energética ha aumentado un 40% en los últimos cinco años y afecta al 81% de los usuarios consultados por Creu Roja. “Este invierno sólo he encendido la calefacción dos veces, una de ellas el día de Navidad”, afirma Castillo.
Enric Morist, coordinador de Creu Roja en Catalunya, alertó de que la mayoría de las personas que siguen alguno de los programas contra la pobreza de la entidad no cumplen los requisitos para recibir en un futuro la pensión contributiva de jubilación. Así, los ciudadanos de entre 50 y 59 años que afrontan la recta final de su vida laboral sólo han cotizado una media de once años cuando el mínimo exigido es de 15 (dos de ellos en los últimos 15 antes de la jubilación). Igual de preocupante es que un 13% responde que desconoce si ha cotizado o no y que el 17% no lo ha hecho nunca. Preguntado por este tema, Castillo contesta que no lo sabe con exactitud: “Unos 16, quizás 17 años... Algunas empresas habían hecho chanchullos...”.