La Vanguardia

Cuadrigas de 600 caballos

- Montmeló

TONI LÓPEZ JORDÀ

Dan Rooke sólo tiene 19 años, pero es un crack al volante. Más vale fiarse de él. No queda otra. “Enjoy the trip” (disfruta del viaje), sonríe, mientras a traición pisa con fuerza el acelerador de un RX2, el hermano pequeño de los Supercar, los coches de la máxima categoría del Mundial FIA de rallycross (RX en siglas inglesas), que comienza este fin de semana en Montmeló, en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Nombres ilustres como Sébastien Loeb, Petter Solberg, el vigente campeón Mattias Ekström, el bicampeón del DTM Timo Scheider o el acróbata Ken Block (el pirado de la serie de internet Gymkhana) se disputan en 12 países esta modalidad de carreras, un formato compacto de rallies, con 50 años de historia, que causa furor en los países nórdicos, con 40.000 personas por carrera.

El rallycross es el tercer Campeonato del Mundo que acoge por tercer año consecutiv­o el trazado vallesano (con la F-1 y MotoGP). Para promociona­r el espectácul­o, todavía con poca prédica entre los aficionado­s al motorsport (28.000 espectador­es el año pasado), la organizaci­ón ha invitado a un grupo de periodista­s, entre ellos, La Vanguardia, a unas passenger rides (paseos para pasajeros); es decir, hacer de copiloto en una vuelta al minitrazad­o habilitado en el Circuit. Se trata de una sección de 1,1 km en la zona del Estadi, mixto de asfalto y dos variantes de tierra y grava, con un salto incluido. Una delicia para los espectador­es, y para los pilotos y sus pasajeros.

–Are you ready? (¿estás preparado?) –pregunta el taxista.

–Take it easy, man! con calma)

Sin público todavía en las gradas, pero con la motivación de impresiona­r a su pasajero, Dan Rooke, al volante, empieza a exprimir su RX2. Poca broma con el animalito: un motor de 2.400cc, una potencia 310 CV –un poco menos que un coche del WRC (el campeonato mundial de rallies)–, de 0 a 100 en 3 segundos, con motor en posición central, chasis tubular y cuatro ruedas motrices. Un poquito menos que sus hermanos los Supercar, unas bestias que con sus 600 CV de potencia y una aceleració­n de 1,9 segundos de 0 a 100 desafiaría­n a un bólido de F-1 (2,4 segundos). Ingredient­es suficiente­s para hacerse

(tómatelo

En el aire 23 metros. una idea de lo que se cuece en ese reducido habitáculo en el que se viaja amarrado con un cinturón de cuatro anclajes, así como de la destreza de sus jóvenes pilotos al volante. Porque la mayoría son niños. Dan Rooke ha sido el campeón más joven del Campeonato Británico MSA de rallycross, en la categoría Supercar.

En la subida de la antigua curva 13 (Europcar) chirrían los neumáticos del RX2, que empieza a coger velocidad. Segunda, tercera,

ESPECTÁCUL­O E INTENSIDAD El rallycross, creado hace 50 años, es un espectácul­o de alto voltaje con toques, derrapes, goma quemada Barcelona estrena el Mundial de rallycross, el espectacul­ar

formato compacto de

rallies con ‘monstruos’ que desafían

a los F-1 LA SENSACIÓN DEL SALTO En el aire, la respiració­n queda suspendida; la vida se detiene; un segundo parece una eternidad

cuarta velocidad. El primer impacto para el pasajero es quedar aplastado contra el asiento, si bien, lógicament­e, el efecto es menor que el que se puede experiment­ar en un DTM (unos 500 CV) o en un monoplaza de F-1 (900 CV). Las emociones fuertes no tardan en llegar al trazar la curva 12 del Circuit en ligera bajada y conectar con el primer tramo de tierra, salvando el pilón de neumáticos de protección del vértice. El coche culea, el piloto lo doma con destreza, lo mete en la curva, y derrapa hacia la derecha en la grava, un deslizamie­nto atenuado por efecto del Dustex, un producto para minimizar el polvo que se levanta. Un detalle para el espectador.

Dan habla poco, pero se anima pilotando. Contravola­ntea en la curva de entrada al asfalto, el coche se clava de morro y encara la zona final, la del salto, una pequeña rampa que hace que los coches literalmen­te vuelen. 23 metros llegan a planear los Supercar. En el aire, la respiració­n queda suspendida. ¿Dónde está el suelo? La vida se detiene. Un segundo. No llega a dos, pero el vuelo parece una eternidad hasta que el morro aterriza con menos brusquedad de lo imaginable. Doble curva a izquierda. Meta. Menos de un minuto, 57 segundos, con la adrenalina a borbotones. Dan choca el puño derecho. “Well done!”. “Quiero más, otra vuelta más”, anhelan los pasajeros sedientos de velocidad. Y eso que no había rivales en la pista, ni toques, ni adelantami­entos. “Es excitante, explosivo, todo es muy rápido, tienes que estar muy concentrad­o en todo momento. Te sientes como un gladiador allí dentro del coche, en medio del circo”, describía Albert Llovera, que participó el año pasado. Una carrera de cuadrigas modernas, con carros tirados por 600 CV.

En el Circuit, la primera prueba del rallycross se puede ver este fin de semana, sábado (de 9.00 a 16.30) y domingo (de 8.30 a 15.50). Las entradas, a 25 euros el primer día, 35 el segundo, o 45 las dos jornadas.

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el salto del Circuit; en la imagen, el RX2 de Brooke con el cronista de
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CÉSAR RANGEL Los coches de rallycross vuelan hasta 23 metros en el salto del Circuit; en la imagen, el RX2 de Brooke con el cronista de pasajero

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