Tecnologías para el ahorro
1Una de las tecnología s que propone Energy Lab para ahorraren ergíaesl al lama dada y light ing, es decir, aprovecharla luz diurna para iluminar los interiores de viviendas, naves y oficinas. Elimina el consumo de energía eléctrica durante las horas diurnas y puede combinarse con sistemas eficiente s de iluminación, como los led so las bombillas debajo consumo. De hecho, la guía técnica Aprovechamiento de la luz natural en la iluminación de edificios, desarrolla da por el grupo de trabajo Comité Español de Iluminación( CE I) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía( IDA E ), propone una serie de directrices para el correcto diseño de la iluminación en los espacios interiores de los edificios, como considerar la iluminación desde los primeros bocetos, y no como algo añadido en fases posteriores, o el uso de la iluminación como recurso para garantizar el confort y facilitarla comunicación entre las personas.
2En la climatización de edificios de oficinas y viviendas, también de hoteles, la geotermia puede ser una solución. Ahorra entre un 30% y un 70% en calefacción y entre un 20% y un 50% en climatización, según EnergyLab. Es una energía renovable e inagotable, es limpia, porque no quema ningún tipo de combustible, y, por lo tanto, no emite CO2, y de ella puede disponerse las 24 horas del día sin depender del clima (viento o radiación solar). Además, puede utilizarla todo el mundo, ya que no está localizada en países concretos, como en el caso de combustibles fósiles como el carbón o el petróleo. También en climatización, los expertos de EnergyLab proponen el uso de calderas de biomasa, con un ahorro económico en torno al 40%. Se trata de una fuente de energía que no contamina y evita la erosión y la degradación del suelo con los cultivos energéticos en tierras abandonadas. Además, también puede ser una solución al gran excedente de biomasa que existe en los bosques de nuestro país.
3Según la hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica de la Unión Europea, en 2050, las emisiones procedentes del transporte podrían reducirse más del 60% respecto de los niveles de 1990. Reconocen que, a corto plazo, la mayoría de los avances se concentrarán en los motores de gasolina y diésel, que todavía pueden ser más eficientes en el consumo de combustible. Pero, a medio y largo plazo, los vehículos “enchufables”, tanto híbridos como puramente eléctricos, harán posible una reducción aún mayor de las emisiones. Además, los biocombustibles se utilizarán cada vez más en la aviación y el transporte por carretera, ya que no todos los vehículos pesados del futuro serán eléctricos. Para lograr todos los objetivos de la ruta, la UE tendría que invertir 270.000 millones de euros adicionales (es decir, una media del 1,5% de su PIB anual) durante los próximos cuarenta años.