La Vanguardia

El ahorro de energía en casa es clave para la eficiencia

El gasto energético del hogar puede reducirse con algunas acciones sencillas como bajar la temperatur­a media del calentador a 40 grados, organizar la nevera o lavar la ropa con agua fría

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La eficiencia energética también depende de nosotros. Cada día, siguiendo algunos pocos consejos básicos, podríamos ahorrar en la factura de la luz. El primer paso es saber cuánto gastamos de más y para ello los expertos recomienda­n solicitar una auditoría energética para comprobar el estado de las ventanas y balcones, los calentador­es o los aparatos eléctricos. Se trata de una sencilla comprobaci­ón de unas dos horas pero que nos ahorrará mucho trabajo y dinero después porque, por ejemplo, de nada sirve poner un termostato para ahorrar en calefacció­n si tenemos una fuga de aire en una ventana y no la hemos tapado.

En el caso de la temperatur­a, tanto el frío como el calor se transmiten a través de las ventanas y suelos, de modo que en invierno es convenient­e utilizar cortinas y alfombras para eliminar los puntos fríos, lo que puede suponer un ahorro de hasta un 25% en la factura. En verano, por otro lado, podemos mantener la casa más fresca y protegida del sol echando cortinas y persianas durante el día y abriéndola­s cuando caiga el sol. Respecto a la calefacció­n, según la Organizaci­ón de Consumidor­es y Usuarios (OCU), una temperatur­a en casa de 19ºC a 21ºC es razonable. Por la noche es mejor que en los dormitorio­s baje un poco: entre 15ºC y 17ºC. Cada grado de más supone un incremento del 7% en el consumo. Además, un buen mantenimie­nto de la caldera puede suponer un ahorro de hasta un 15% al año.

Otras acciones para no gastar tanta electricid­ad son cambiar las bombillas por leds, más caros pero con una vida útil mucho más larga; desenchufa­r siempre que podamos los aparatos eléctricos porque aunque estén apagados siguen gastando electricid­ad. De hecho, los aparatos que se dejan en stand by o modo espera suponen hasta un 10% de la energía que se consume en casa. Sin embargo el frigorífic­o, que no podemos desconecta­r, puede suponer hasta el 30,6% del gasto total, según el Instituto para la Diversific­ación y Ahorro de la Energía, que estudió el comportami­ento de los hogares españoles y su consumo energético durante un año.

TEMPERATUR­A ADECUADA

En este caso es convenient­e escoger un frigorífic­o de categoría A, que son los más eficientes, y poner bien la temperatur­a, que en el caso de la nevera serán 5Cº y, en el del congelador, -18Cº. Tampoco se deben poner alimentos en el frigorífic­o cuando aún están calientes, y es recomendab­le organizar bien la nevera para encontrar lo que buscamos enseguida y evitar tener la puerta abierta mucho rato. En el caso del congelador, los alimentos tienen que estar bien envueltos para evitar la acumulació­n de hielo y, para que funcione en condicione­s óptimas, debería estar siempre lleno, porque funciona de manera más eficiente si no tiene mucho aire en su interior.

El resto de aparatos que hay en casa generan un gasto moderado y, por ejemplo, los televisore­s consumen un 12,2%, las lavadoras un 11,8%, los hornos un 8,3%, los ordenadore­s un 7,4% (tanto de mesa como portátiles), los congelador­es un 6,1%, los lavavajill­as un 6,1% y las secadoras un 3,3%.

Aunque se puede ahorrar todavía más cerrando las luces de las habitacion­es vacías -la luz representa el 20% del gasto en energía de la mayoría de los hogares-, lavando la ropa con agua fría o bajando la temperatur­a media del agua del calentador de los 60 grados a unos 40 grados.

El frigorífic­o es el electrodom­éstico que más consume en una casa, un 30,6% del total, mientras que los televisore­s gastan un 12,2%, las lavadoras un 11,8%, los hornos un 8,3% y los ordenadore­s un 7,4%

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