Los restauradores dejan la comisión de terrazas
Gremi de Restauració, Pimec, Consell de Gremis y FAD plantan al gobierno municipal en el principal espacio de discusión
Los profesionales entienden que Colau hace un uso partidario del organismo y anula la negociación
En la guerra de las terrazas el gobierno de la alcaldesa Ada Colau está cada día más aislado. El Gremi de Restauració, la patronal de Pimec Comerç, el Consell de Gremis y los arquitectos e interioristas de Foment de les Arts y del Disseny (ArquinFAD) no acudirán a más reuniones de la comisión técnica de terrazas. Unos ya enviaron esta semana su carta al Ayuntamiento para comunicarlo, y los otros lo harán la próxima semana. Al parecer no quieren perder más el tiempo. Están cansados de que no les hagan caso, de que todas las decisiones estén tomadas de antemano. Aseguran que cada reunión de esta comisión es la representación de una comedia.
Hablamos del principal punto de encuentro de la administración local y de la ciudadanía a fin solucionar los problemas y diferencias que sobrevengan durante la aplicación de la ordenanza de veladores. Estos abandonos suponen, a efectos prácticos, el desmantelamiento de este organismo. A la próxima reunión que convoque su presidenta, si se da el caso, únicamente acudirán los representantes del Ayuntamiento, de la Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (Favb) y del Gremi de Flequers de la ciudad.
El sonoro plantón tiene su origen a mediados de febrero. Entonces la alcaldesa Ada Colau se reunió con los restauradores de Barcelona. Aquel encuentro se produjo un año y pico después del anterior. A pesar de que prácticamente la mitad de la terrazas de Barcelona están en juego los contactos entre los profesionales del sector y la administración local, más allá del marco de la comisión técnica, están siendo anecdóticos durante todo el mandato. En aquella excepcional reunión, los representantes del Gremi pidieron a la alcaldesa que, mientras se prolongara la revisión de la ordenanza de terrazas, de una norma fraguada en el anterior mandato y que varias veces el actual gobierno tildó de chapuza, el Ayuntamiento no tramitara ni más ordenaciones singulares de terrazas ni más distribuciones previas.
Dejar de aplicar la norma podría ser ilegal, pero la definición de las ordenaciones singulares y de las distribuciones previas, del reordenamiento de mesas y sillas en rincones de Barcelona tan significativos que requieren de un tratamiento especial, como, por ejemplo, la rambla del Poblenou o la avenida Gaudí, sólo depende de la voluntad del gobierno municipal. Es una cuestión meramente política. Los restauradores salieron de aquel encuentro con Colau muy contentos, pero un mes después, en la siguiente reunión de la comisión de terrazas, se encontraron con la tramitación de cerca de veinte ordenaciones singulares y distribuciones previas, la mayoría en el distrito de Ciutat Vella, la mayoría especialmente restrictivas.
Dado que el Ayuntamiento dispone de nueve representantes en este organismo, y de que el Gremi de Restauració, Pimec Comerç, ArquinFAD, el Consell de Gremis, la Favb y los panaderos de uno cada uno, el gobierno municipal siempre se sale con la suya en las votaciones. La comisión de terrazas nació en tiempos de alcalde Xavier Trias con una vocación estrictamente técnica. Su función era la de encontrar soluciones a problemas muy concretos. Pero tras la victoria de BComú, que decidió aceptar un representante de la Favb, devino en una arena política cada vez más tensa.