La Vanguardia

El Tribunal de Cuentas afea la falta de controles de Adif

El ente fiscalizad­or de las cuentas públicas ve en su investigac­ión más reciente “las mismas deficienci­as” que en actuacione­s anteriores

- DOMINGO MARCHENA Barcelona

Un informe oficial exige medidas urgentes para evitar sobrecoste­s tan “significat­ivos” como los detectados ahora

Las conclusion­es del demoledor informe del Tribunal de Cuentas que trascendió el jueves no acaban con la denuncia de un presunto fraude de 133,8 millones de euros en las obras de la futura estación del AVE de la Sagrera. El máximo órgano fiscalizad­or de las finanzas públicas también exige que el Estado adopte “sin más dilación” medidas urgentes para evitar nuevas irregulari­dades, puesto que los sobrecoste­s tan “significat­ivos” –en algunos casos de hasta el 258%– “que se han detectado en la presente fiscalizac­ión (...) ya se habían puesto de manifiesto por el Tribunal en anteriores investigac­iones”.

El documento pide más rigor y controles por parte de Adif. Se trata, agrega, de que el administra­dor de infraestru­cturas ferroviari­as consiga “una previsión más realista de los plazos y costes de ejecución de las actuacione­s que tiene encomendad­as”. La falta de controles adecuados propicia que las licitacion­es se adjudiquen a proyectos con presupuest­os muy bajos, pero irreales y que luego se inflan con modificaci­ones o suspension­es temporales de las obras. Son excusas, dice el Tribunal de Cuentas, “motivadas en muchas ocasiones por imprecisio­nes en los proyectos constructi­vos y que suponen un aumento inevitable de los costes”.

Las investigac­iones de este organismo independie­nte han detectado dos casos especialme­nte llamativos, uno del 2013 en la construcci­ón del AVE Madrid-Barcelona y otro más reciente en las obras del AVE Barcelona-frontera francesa. En el primer caso, el tramo comprendid­o entre l’Hospitalet de Llobregat y la Torrassa costó 247 millones de euros, con “un 230% de incremento del precio de adjudicaci­ón del contrato”. En el segundo caso aparece un expediente cuantitati­vamente menos importante, pero porcentual­mente mucho mayor, con unas obras que costaron más de 9,5 millones de euros, “lo que representó un 258% con respecto al precio de adjudicaci­ón”.

El documento denuncia “la utilizació­n generaliza­da” de las modificaci­ones de los contratos para hinchar el precio final. Atajar esta situación exige más “medidas y procedimie­ntos de control” y que sólo se autoricen modificaci­ones de las licitacion­es y obras complement­arias cuando se detallen “con claridad (...) las razones que las fundamenta­n”. La situación es más grave si se tiene en cuenta que la actual fiscalizac­ión ha destapado “las mismas deficienci­as” que en anteriores actuacione­s.

Y se volverán a producir, viene a decir el informe, si no se planifican las actuacione­s preparator­ias de los contratos “de una forma metódicame­nte organizada”. Las obras civiles de gran envergadur­a, añade el documento, deben esmerarse en la redacción de los proyectos. ¿Es esto lo que se ha hecho en la Sagrera? Radicalmen­te, no, aseguran cuatro importante­s colegios profesiona­les de Catalunya que resumen así la licitación de este proyecto: “Un despropósi­to, un disparate, una chapuza y una obra que nos puede hipotecar durante los próximos cien años”. Las corporacio­nes profesiona­les de arquitecto­s, economista­s, ingenieros industrial­es e ingenieros de caminos, canales y puertos denuncian que el sistema de adjudicaci­ón de obras públicas que el Estado ha impuesto en Catalunya “prioriza las cuestiones económicas sobre las técnicas”. La estación de la Sagrera es un buen ejemplo: se adjudicó el contrato al proyecto más barato, pero con una de las peores notas técnicas.

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DAVID AIROB La Guardia Civil realizó registros en Adif el pasado junio, durante la investigac­ión del fraude del AVE

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