Isolux, en preconcurso un año después de su rescate
La compañía, asfixiada, negocia lograr liquidez de la banca
Isolux Corsán, multinacional especializada en concesiones, energía y servicios industriales, presentó ayer preconcurso de acreedores en Madrid para forzar una negociación con la banca que evite males mayores. La compañía arrastra fuertes dificultades financieras desde hace mucho tiempo. El año pasado, llegó a un acuerdo con un grupo de 20 bancos para capitalizar buena parte de su deuda, superior a los 2.200 millones de euros. Pero el plan de rescate ha resultado fallido porque el negocio no se ha recuperado y la compañía asegura que necesita entre 300 y 400 millones de euros que nadie quiere prestarle en estos momentos.
Pese a eso, el principal problema de Isolux ahora mismo no es ni la liquidez ni la solvencia, sino su escasa o nula credibilidad. Nadie sabe exactamente cómo está el grupo, que ni siquiera ha formulado sus cuentas anuales del 2016. El Santander, que era uno de los principales accionistas con cerca del 10% del capital, deshizo todas sus posiciones hace unas semanas y se quitó de en medio. El primer accionista ahora es CaixaBank, con el 10,6%, seguido de Bankia, con el 6,5%, pero el capital está muy atomizado y esa es otra dificultad añadida: la dispersión del riesgo complica mucho las cosas porque diluye la responsabilidad a la hora de arrimar de nuevo el hombro.
De momento, el consejo de Isolux ha ganado tiempo. El preconcurso de acreedores blinda a la empresa ante los acreedores, aunque también limita la operativa, ya que los proveedores –si no lo habían hecho ya– pasarán a exigir cobrar al contado. “Somos conscientes de lo que hay y, a la espera de que se aclaren los números y sepamos realmente lo que hay, estamos ya negociando una inyección de unos 50 millones para evitar que Isolux entre en barrena”, comentaron ayer fuentes financieras.
Como mucho, la solución deberá llegar antes de cuatro meses, aunque Isolux aseguró en un comunicado que solicitar el amparo de la ley concursal no afectará al mantenimiento de su actividad ni a la capacidad de ejecución de los proyectos iniciados en los últimos meses. La compañía tiene más de 5.000 trabajadores repartidos entre España (alrededor del millar) y una treintena de países de todo el mundo.
En el 2015, el último ejercicio completo con las cuentas presentadas, Isolux facturó 2.200 millones. La empresa cuenta con 7.000 kilómetros de líneas de alta tensión en Brasil, India y Perú; es una potencia mundial en la instalación de plantas fotovoltaicas; y gestiona 30.000 plazas de aparcamiento en España. La compañía que preside Nemesio Fernández-Cuesta, ex alto cargo de Repsol, no ha estado parada en los últimos meses. Tras vender un parque eólico en Argentina y la filial de plantas fotovoltaicas T-Solar, trabajaba para desprenderse del resto de activos cuando se ha quedado sin liquidez.
Con 5.000 empleados en una treintena de países, la empresa tiene ahora cuatro meses para lograr un acuerdo