La tigresa dormida
La tigresa de Cremona lleva casi cuarenta años sin actuar en público, como si estuviera dormida, pero cada año saca un disco nuevo desde su estudio en Suiza. En noviembre apareció el álbum Le migliori con doce temas inéditos que Mina interpreta junto a otra gloria de la canción italiana, Adriano Celentano. El apelativo de fiera con el que se la conoce poco tiene que ver con su alta figura de cara pálida, nariz aguileña, cejas depiladas y pelo rubio teñido. En todo caso sí que rompió moldes durante los años en que se exhibió en los escenarios, con sus minifaldas o los pantalones de cuero ajustados y la personalidad de una voz que en su país es tan característica como la Fiat o los espaguetis.
Nacida en 1940 ocasionalmente en Busto Arsizio (Varese, Italia), Anna Maria Mazzini creció en Cremona de donde eran naturales sus padres Giacomo y Regina. Poco después nació su hermano Alfredo que también se dedicó a la canción hasta que falleció en un accidente de coche en 1965. Mina fue una buena nadadora de joven. La abuela Amelia, cantante lírica profesional, insistió en que recibiera lecciones de piano. Pronto dejó el colegio de monjas para inclinarse por la música. En 1958, con 18 años, en una fiesta en la costa de la Toscana cogió el micrófono de la orquesta para cantar espontáneamente, a pesar de su aspecto tímido y frágil. Primero fue cantante del grupo Happy Boys. En su primer disco utilizó el pseudónimo de Baby Gate pero pronto adoptó el nombre artístico de Mina. El altar de los festivales de San Remo se erigió en una cita obligada en más de una ocasión. Entre sus temas célebres destaca Parole, parole y Il cielo en una
stanza de Gino Paoli. Ha cultivado con éxito comercial estilos diversos: pop, jazz, tango… y sus versiones son eclécticas, desde temas de The Beatles a los que cantó Frank Sinatra, y desde canciones de Miguel Bosé a títulos de Joan Manuel Serrat tan dispares como Romance
de Curro ‘el Palmo’ o La tieta. A lo largo de la carrera Mina ha intervenido en varias películas, aunque declinó las ofertas de prestigiosos directores como Federico Fellini y Francis Ford Coppola. En cambio fue una cantante habitual de los programas de televisión. Ha grabado discos en todos los idiomas y ha vendido millones de copias. Su hijo Massimiliano, su actual productor musical, es fruto de la relación de la artista con el actor Corrado Pani en 1963, que estaba casado con otra mujer. En 1970, Mina se casó con el periodista Virgilio Crocco, con quien tuvo a su hija Benedetta. El éxito y las expectativas de la cantante provocaron críticas severas de firmas afiladas como Indro Montanelli y Oriana Fallaci.
Quizá por esto, y por una infección pulmonar, en 1978, tras una gira por Italia, se retiró de los escenarios y apareció por última vez en un programa de televisión. En el 2001 se la pudo ver en una grabación por internet.
A finales de los setenta se reencontró con un viejo amigo, el cardiocirujano Eugenio Quaini. En 1989 obtuvo la ciudadanía suiza y la pareja se estableció en Lugano. Se casaron en el 2006. Mina escribe un consultorio en Vanity Fair y tiene una columna semanal en La
Stampa. Siempre ha jugado con su imagen. Nadie sabe qué aspecto tiene a sus 77 años pero las portadas de sus discos constituyen una variada muestra de diseño. Ha aparecido con barba, al estilo Botero, con cuerpo culturista, de Gioconda…
El hecho de desaparecer de los ojos públicos como Greta Garbo ha contribuido a la leyenda de una voz que aplaudieron ilustres norteamericanos como Louis Armstrong, Elvis Presley, Sarah Vaughan o Ella Fitzgerald.