Rusia impide la condena a El Asad por el ataque químico
oeLa ONU no consensúa una resolución y Trump asegura que dará una respuesta oeLa comunidad internacional promete 5.500 millones a Siria
Donald Trump asumió ayer la responsabilidad de resolver el conflicto sirio y aunque con un discurso muy ambiguo vino a prometer una respuesta contundente al ataque con gas a la población civil perpetrado por el ejército de Bashar el Asad. Y, acorde con las críticas a su antecesor por demasiado blando, la respuesta debería ser ahora necesariamente más dura que las represalias practicadas por Obama, aunque Trump nunca concreta cuál va a ser su siguiente paso.
En la conferencia de prensa junto al rey Abdallah de Jordania, que visitó ayer la Casa Blanca, Trump declaró que “el horrible ataque químico en Siria contra personas inocentes, entre ellos mujeres, niños pequeños e incluso bebés, es una afrenta a la humanidad y estas acciones atroces por parte del régimen de El Asad no pueden ser toleradas”.
Trump sigue considerando que Obama es culpable de lo que ocurre porque marcó una línea roja respecto al uso de armas químicas, amenazó y luego no cumplió la amenaza. “Cuando [Obama] no cruzó esa línea nos hizo retroceder un largo camino”. Ahora dice Trump que “se han cruzado muchas, muchas líneas rojas” y “lo sé, ahora tengo la responsabilidad y voy a ejercerla con mucho orgullo”. Pero no aclaró cuán diferente será su acción de la de su antecesor. Lo que sí admitió fue que tras el ataque con gas “ha cambiado mucho mi actitud hacia Siria y hacia El Asad”.
Habrá que ver en qué cambia porque hasta ahora la posición de Trump era aceptar la continuidad del sátrapa. Esta misma semana el secretario de Estado, Rex Tillerson, insistió en que el derrocamiento de El Asad no figuraba en sus planes. Durante la campaña electoral, Trump defendió una intervención militar contundente en Siria y una alianza con Rusia que no amenazaba a El Asad.
La actuación conjunta de EE.UU., Reino Unido y Francia en la ONU para condenar el ataque y forzar una investigación chocó con el veto de Rusia. La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, tocó la fibra en el Consejo de Seguridad. Exhibió fotografías de niños, bebés incluso de pañales, víctimas del ataque químico –cuyo balance se elevó ayer a 86 muertos, 30 de ellos niños–, para acusar a Rusia de bloquear cualquier iniciativa. Ese punto emocional lo rellenó con una amenaza. Basta ya de hablar. Si no se actúa de forma colectiva, tal vez sea el momento de tomar otras vías. La Organización Mundial de la Salud confirmó que las víctimas presentaban síntomas de haber sido intoxicadas por gas nervioso. Haley instó a la aprobación inmediata de una resolución con la que emprender acciones contra Bashar el Asad.
“La verdad es que El Asad, Rusia e Irán no tienen ningún interés en la paz. El Gobierno ilegítimo de Siria, liderado por un hombre sin conciencia, ha cometido atrocidades contra su propio pueblo durante seis años”, apuntó. “Hay ocasiones en que las Naciones Unidas están obligada a tomar una acción colectiva”, subrayó. “Pero cuando la ONU –insistió– falla en su obligación, hay ocasiones en que nosotros podemos estar obligados a desarrollar nuestra propia acción”.
Si bien reconoció que todavía faltan datos concretos sobre cómo fue el ataque, “sí sabemos que lleva todas las marcas de Bashar el Asad y su régimen con el uso de las armas químicas”. Haley, a diferencia de Trump, acusó a Moscú: “Rusia permite que no rindan cuentas” los responsables de esa masacre, dijo. “¿Cuántos niños más han de morir antes de que Rusia se haga cargo?”, exclamó.
Ante las acusaciones de activistas y gobiernos occidentales, que responsabilizan al régimen de Damasco del uso de armas químicas, Rusia mostró ayer su apoyo a su aliado Bashar el Asad tanto en el campo mediático como en el diplomático. El Ministerio de Defensa ruso negó que sus aviones o los aviones del ejército sirio bombardearan con agentes químicos la ciudad de Jan Sheijun.
“La agencia británica Reuters –dijo en un comunicado– se las ha apañado para superar incluso a la fuente original de la noticia, el Observatorio para los Derechos Humanos en Siria, al informar de la participación de aviones rusos en el bombardeo con armas químicas de Jan Sheijun. Nada de esto es cierto”.
Moscú se sumaba así al régimen sirio, que había negado antes las acusaciones. Además, los daños que sufrió la población en esta parte de la provincia de Idlib los atribuyó a los grupos armados
EL PRESIDENTE DE EE.UU. “Lo sé, ahora tengo la responsabilidad y voy a ejercerla con mucho orgullo” LA EMBAJADORA “¿Cuántos niños más han de morir antes de que Rusia se haga cargo?”
opuestos a Bashar el Asad. “Según los medios rusos que tienen un control objetivo del espacio aéreo, ayer entre las 11.30 y las 12.30, hora local, la aviación siria lanzó un ataque sobre el flanco oriental del pueblo de Jan Sheijun contra un importante almacén de municiones y otros elementos militares de los terroristas”, explicó el portavoz del Ministerio de Defensa, el comandante general Ígor Konashénkov. “En el territorio de este almacén había un laboratorio para la creación de bombas, que rellenaban con sustancias tóxicas”, añadió.
Los yihadistas utilizaban este importante arsenal para proveer de municiones a sus tropas en el territorio de Irak, siguió el portavoz. “El uso de estas armas por los terroristas había sida demostrado varias veces tanto por las organizaciones internacionales como las autoridades del país”.
Según Moscú, estas armas químicas también las utilizaron los yihadistas en la ciudad de Alepo, como registraron a finales del año pasado especialistas militares rusos. Para argumentar esta afirmación, el ministerio señaló que los síntomas de envenenamiento que muestran las víctimas de Jan Sheijun en el vídeo de las redes sociales son las mismas que presentaron en otoño del año pasado las víctimas en Alepo. “Todos los casos de utilización de armas químicas en Siria, así como muestras del suelo, fueron registrados y enviados a la OPAQ”, aseguró Konashénkov, refiriéndose a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, encargado de la aplicación internacional de la Convención sobre Armas Químicas, que entró en vigor en 1997 y que complementa el protocolo de Ginebra sobre armas químicas de 1925. Según Konashénkov “toda la información anterior es objetiva y fiable”.
Aunque tal vez no de forma específica, lo sucedido esta semana en Siria estará presente la próxima semana durante los encuentros que mantendrán el 11 y el 12 de abril en Moscú el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, que realizará su primera visita a Rusia desde que accedió al cargo el pasado mes de enero.
LA VERSIÓN RUSA Un bombardeo del ejército sirio alcanzó un almacén de armas químicas rebelde PRIMERA VISITA El secretario de Estado Tillerson viaja a Moscú la semana que viene