Siete detenidos en San Petersburgo por reclutar yihadistas para el EI
Tres días después del último atentado terrorista que sufre la población rusa, no está nada claro cuáles fueron los motivos por los que el supuesto kamikaze, Akbarzhon Dzhalílov, hizo explotar una bomba en el metro de San Petersburgo, segando la vida de 14 inocentes. Pero las autoridades rusas no van a esperar a aclarar esta cuestión para tomar medidas e intentar evitar futuros ataques. La policía de la segunda ciudad de Rusia detuvo ayer a siete personas sospechosas de reclutar a jóvenes para enrolarlos en las filas del Estado Islámico (EI) o el Frente Al Nusra.
Como Dzhalílov, los detenidos proceden de ex repúblicas soviéticas de Asia Central, de mayoría musulmana, y también llegaron a Rusia como migrantes laborales. Pero aparte de esta similitud, el Comité de Instrucción (fiscalía) no aclaró ayer si tenían relación.
Según los investigadores, desde noviembre del 2015 han intentado reclutar en San Petersburgo con propósitos terroristas a jóvenes que, como ellos, llegaron a Rusia en busca de trabajo. La policía les requisó literatura extremista islámica, objetos y documentos suficientes para sostener la acusación.
Por el contrario, el registro en casa de Dzhalílov no dio resultados que explicaran por qué se inmoló en el metro. No había literatura extremista, ni ningún elemento que indicara que preparó allí las dos bombas que supuestamente utilizó: la que estalló a las tres menos veinte de la tarde y mató a 14 personas entre las estaciones de Sennaya plóschad y Tejnologuícheski institut y la que camufló en un extintor pero fue desactivado a tiempo en la estación Plóschad Vosstaniya.
Akbarzhon Dzhalílov, un joven de 22 años procedente de Kirguistán, no era un fanático religioso, según el testimonio que dejó ayer su tío a la agencia electrónica 24.kg. Su familia procede de Osh, la segunda ciudad de Kirguistán. Desde el 2011 vive en Rusia y, según algunos medios rusos, recibió la ciudadanía rusa. De momento, nadie ha reivindicado el atentado.
Aunque sus motivos sigan oscuros, la región de Osh es conocida por haber aportado importantes contingentes de voluntarios al EI en Siria y en Irak. Las autoridades de las ex repúblicas soviéticas creen que al menos 7.000 de sus ciudadanos luchan con el EI en Siria. De ellos, 2.900 serían rusos.